Numerosos estudios han demostrado que los bebés alimentados con lactancia materna presentan durante los primeros seis meses de vida especialmente, una mayor protección frente a infecciones por virus y por bacterias y por tanto menos infecciones gastrointestinales y respiratorias, como es el caso de la diarrea o las otitis y bronquitis.
Este hecho se relaciona con la presencia en la leche de mujer de numerosos compuestos con capacidad “bioactiva”, con actividad biológica que ayuda a reforzar las defensas naturales del bebé.
¿Y cuáles son estos compuestos? Pues muchos y muy diversos. Se han identificado más de 130, pero os hablaremos de los más conocidos, algunos de los cuales se han empezado a utilizar en la formulación de las leches infantiles.
- Oligosacáridos: También llamados la fibra de la leche materna. Son compuestos que forman parte de muchos alimentos habituales de nuestra dieta: Estimulan el crecimiento en el colon de las bacterias consideradas beneficiosas como son las bifidobacterias y los lactobacilos.
- Lactobacilos y bifidobacterias. Estos microorganismos se encuentran de forma natural en el intestino del bebé, ayudándole a conseguir una flora intestinal equilibrada que le proteja frente a la aparición de dermatitis atópica, diarreas e infecciones respiratorias. Además, favorecen un medio ácido en el intestino que facilita la digestión y absorción de algunos de los nutrientes presentes en la leche.
- Inmunoglobulinas (o anticuerpos): Representan la primera línea de defensa frente a las infecciones. Son empleados por el sistema inmunitario para identificar y neutralizar elementos extraños tales como bacterias, virus o parásitos.
- Lactoferrina: Es una proteína que se caracteriza por su capacidad para unirse al hierro y favorecer su absorción. Además, destaca favorece la destrucción de algunos patógenos, por lo que se considera que es uno de los compuestos de la leche materna con efecto antimicrobiano, antibacteriano y antiviral.
- Nucleótidos: Desempeñan un papel clave en numerosos procesos biológicos, especialmente en tejidos de rápida renovación como el sistema inmune y las mucosas del sistema digestivo, favoreciendo su desarrollo y maduración.
Todos estos componentes, y más, son los que consiguen que un lactante alimentado al pecho presente una mayor maduración de sus defensas que los niños alimentados con leches infantiles que no los contengan.
En el caso de Laboratorios Ordesa, damos mucha importancia al desarrollo inmunitario, por lo que dedicamos grandes esfuerzos al desarrollo de leches infantiles avanzadas e innovadoras.
Un ejemplo de ello es nuestra leche de continuación Blemil plus forte 2 y la gama de fórmulas de crecimiento Blemil plus 3 Optimum.
Etapa vital
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