A casi todos los niños en torno al año de edad les encanta llevarse a la boca la tierra del parque o arena de la playa. Y, además, si no se la quitas, parecen tan felices comiéndosela. ¿Por qué?
Prácticamente todos los niños pequeños hacen lo mismo en el parque en cuanto te descuidas: comerse un puñado de arena. Puedes estar todo el rato vigilándole y que no haga nada, pero en cuanto te descuides un momento, le pillarás con arena en la boca. Algo que a los adultos nos parece asqueroso, pero que a ellos parece gustarles.
La causa de este comportamiento es sencilla: es su manera de explorar. Igual que se llevan a la boca un juguete o un trozo de papel, se llevan un puñado de tierra.
No obstante, en algunos casos puede deberse a un trastorno psicológico denominado “pica”, que hace que el niño ingiera sustancias no alimenticias como tierra, papel tiza, etc. Pero como decíamos, este es un trastorno muy raro que aparece muy pocas veces; lo normal es que se coman la tierra porque quieren ver cómo es, a qué sabe, qué textura tiene… Para ellos es algo nuevo y les llama mucho la atención.
Por lo tanto, no debes preocuparte ni darle más vueltas, aunque sí que conviene que tomes una serie de medidas de precaución:
- Evita lugares de juego en los que pueda haber defecado un animal.
- Comprueba antes de sentarlo que no haya colillas, piedras, palos o algo que pueda ser peligroso.
- Estate pendiente de él para evitar que se lleve arena a la boca y, si ya lo ha hecho, límpiasela lo mejor posible con agua. No pasa nada si traga un poquito, pero es mejor que no lo haga.
- Intenta mantenerle entretenido con juguetes y juegos para que evite la “tentación”.
Fuente:
- Mazel, Sharon; Murkoff, Heide, (2016), Qué se puede esperar el segundo año, Barcelona. Ed. Planeta.
Etapa vital
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