Al hablar del cuidado y el envejecimiento de la piel a menudo pensamos en términos de estética. Sin embargo, mantener una piel sana, protegida y cuidada tiene un trasfondo que va mucho más allá de la belleza. Por ejemplo, es importante protegerse de la radiación solar para no alterar el nivel de colágeno y ácido hialurónico en nuestra piel.
La piel es nuestra mayor barrera natural, la que separa y protege nuestro cuerpo del ambiente que nos rodea y de las agresiones ambientales o efectos nocivos a los que podamos estar expuestos.
Una de las agresiones externas más comunes y recurrentes es la radiación ultravioleta, que puede alterar no solo el aspecto de la piel, sino también su función y su estructura afectando, por ejemplo, al colágeno y el ácido hialurónico.
A continuación, hablamos de los efectos de esta radiación en la piel y de las medidas de prevención que podemos poner en práctica para minimizarlos.
Las funciones de la piel
La piel ejerce una función protectora en muchos sentidos. Nos protege de las agresiones mecánicas y químicas, así como de patógenos y de la radiación ultravioleta.
También nos protege con su función sensorial. Gracias a ella podemos detectar la temperatura, la presión o el dolor, y reaccionar para, por ejemplo, evitar quemarnos o detectar una espina clavada antes de que se infecte y se convierta en un problema.
Además, la piel previene que nuestro cuerpo pierda agua y se deshidrate y es un elemento clave en la termorregulación. Es decir, nos permite adaptarnos a las diferentes condiciones externas y mantener una temperatura corporal adecuada.
Todas estas funciones de la piel son fundamentales para nuestra integridad, salud y bienestar general. Por eso debemos esmerarnos en conservar una piel sana y prevenir que se deteriore con el paso de los años por efecto de las agresiones ambientales.
Los efectos de la radiación ultravioleta en la piel
La radiación ultravioleta o radiación UV forma parte de la luz solar, por lo que nuestra piel está constantemente expuesta a ella.
Durante el verano esa exposición se intensifica, ya que contamos con más horas de luz solar, la radiación es más fuerte y pasamos más tiempo al aire libre, a menudo directamente bajo el sol.
La piel actúa como filtro y nos protege frente a esa radiación, pero no es inmune a sus efectos perjudiciales que, entre otras cosas, pueden dañar el colágeno y el ácido hialurónico, ambos necesarios para una piel sana.
Esto sucede porque la radiación UV es capaz de atravesar las capas superiores de la piel y llegar hasta capas más profundas.
Concretamente, de los tres tipos de radiación ultravioleta (A, B y C) es la A, también conocida como rayos UVA, la que consigue penetrar hasta las capas más internas de nuestra piel.
Al alcanzar capas profundas, entre otras cosas, la radiación acelera la hidrólisis del colágeno y altera la síntesis de ácido hialurónico, lo que termina por perjudicar la hidratación, la elasticidad y la integridad estructural de la piel.
Estos y otros efectos de la radiación son acumulativos y pueden alterar el buen desempeño de las funciones de la piel.
Además, a largo plazo pueden causar lo que se conoce como fotoenvejecimiento, propiciando la aparición precoz de arrugas, manchas y otros signos de envejecimiento.
Cómo minimizar el riesgo de daño en la piel debido a la radiación ultravioleta
Es imposible evitar exponernos por completo a la radiación solar. De hecho, sería contraproducente, ya que la luz del sol es necesaria, por ejemplo, para la producción de vitamina D.
No obstante, podemos minimizar los efectos negativos de la radiación sin prescindir de los beneficios de la luz del sol poniendo en práctica diferentes medidas de prevención.
Una de las más básicas es evitar la exposición solar excesiva. Además, es conveniente evitar las horas de radiación más intensa y resguardarnos bajo la sombra, así como tratar de exponernos al sol de forma progresiva cuando llega el verano.
También debemos utilizar fotoprotectores o protectores solares y hacer un uso correcto de ellos. Es necesario usar un factor de protección adecuado a nuestra piel y circunstancias, así como aplicarlo con la frecuencia correcta.
Asimismo será importante hidratarnos, no solo para paliar la deshidratación de la piel que induce la radiación, sino también para evitar los efectos del calor en nuestro bienestar general.
Según indican algunos estudios científicos, el consumo de colágeno hidrolizado también podría ser útil frente a la radiación ultravioleta1, 2.
Según los autores de dichas investigaciones, este compuesto podría reducir la deshidratación causada por la radiación y mejorar los niveles de ácido hialurónico en la piel, entre cuyas funciones se encuentran retener el agua y mantener el nivel de humedad en la piel1.
Por último, recordar que no solo debemos proteger la piel con especial cuidado en verano o en la playa. Hay muchas otras situaciones en las que estamos expuestos a una radiación intensa.
Por ejemplo, cuando nos encontramos a gran altitud, en días nublados, si estamos tomando medicamentos que causen fotosensibilización o en invierno cuando la reverberación de la luz en la nieve multiplica el efecto de la radiación.
Cuidar tu piel hoy es una inversión en el mañana
No podemos evitar totalmente el envejecimiento de la piel, puesto que es un proceso natural; pero sí podemos evitar que envejezca mal y de forma precoz.
La radiación ultravioleta es la causante principal del envejecimiento prematuro, algo que, además de repercutir en nuestro aspecto, puede comprometer la salud de nuestra piel y el buen desempeño de sus funciones.
Por ello es tan importante tomar medidas para proteger nuestra piel y hacerlo cuanto antes para prevenir el efecto acumulativo de la radiación.
Si además acompañamos esas medidas de un estilo de vida saludable, con una dieta sana que nos aporte suficientes antioxidantes, como la vitamina C, mucho mejor.
Así contribuiremos más aún al bienestar de nuestra piel y podremos preservarla en buenas condiciones a lo largo de los años.
¿Conocías los efectos de la radiación ultravioleta en la piel? ¿Te proteges frente a sus agresiones? Esperamos que este post te ayude a disfrutar del sol sin comprometer la salud de tu piel.
Referencias:
- Kang, M. C., Yumnam, S., & Kim, S. Y. (2018). Oral Intake of Collagen Peptide Attenuates Ultraviolet B Irradiation-Induced Skin Dehydration In Vivo by Regulating Hyaluronic Acid Synthesis. Int J Mol Sci., 19(11), 3551. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6274925/
- Morifuji, M. (2019). The beneficial role of functional food components in mitigating ultraviolet-induced skin damage. Exp Dermatol., 28(Suppl. 1): 28 - 31. https://doi.org/10.1111/exd.13825
Etapa vital
Referencias
- Idermumbert. Efectos del sol en la piel. Recuperado de https://idermumbert.com/efectos-del-sol-en-la-piel/
- Gloria Alcalá. ¿Conoces los efectos que tiene el sol en la piel?. Recuperado de https://gloriaalcala.com/sol-en-la-piel/
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