Por fin llega la tarde, después del trabajo, de múltiples tareas, o de un largo día de cuidarle.
Tal vez hayas estado esperando este momento todo el día para estar con tu hijo, haciendo actividades diversas o simplemente pasar el rato en casa.
Pero ¿qué ocurre? Por la tarde los niños también están cansados, están más irascibles, son más propensos a las rabietas y al enfado, es cuando la paciencia de los padres se pone a prueba, las tardes son una prueba de fuego. ¿cómo podemos gestionarlas con éxito?
Algunos trucos:
- Relajarse antes de volver a casa es un buen inicio de tarde: las tensiones se acumulan durante el día, mejor dejarlas antes de entrar en casa o recontrate con tu hijo. Existen muchas maneras, tantas como personas: tal vez andar un poco antes de llegar a casa, escuchar música, respirar profunda y conscientemente unos momentos… Lo importante es vaciar la cabeza. Si has estado todo el día con él necesitarás coger aliento, hacer un tiempo muerto, una pausa, antes de seguir con el ritual de la tarde, una idea es sentarse unos momentos en el sofá o tomar el aire con un paseo.
- Prepara un ambiente sereno, evita el ruido excesivo: el sonido de la televisión, junto con la lavadora, el móvil, y otros ruidos domésticos, aunque no lo parezca, sube el nivel de estrés en el ambiente.
- El hambre altera el humor en muchas personas, tal vez seas una de ellas. Una sugerencia es hacer un tentempié a media tarde, así aguantarás hasta la hora de cenar y evitarás caer en la mala costumbre de ir picoteando. Puedes aplicar el truco también a tu hijo, si es que aún falta un rato para la cena.
Observando a tu hijo, seguro que se te ocurren más ideas para afrontar las tardes con energía y a la vez con calma. Es cuestión de un poco de imaginación. ¡Ánimo!
Fuente:
Murkoff H, Mazel S. Qué se puede esperar el segundo año. Barcelona: Planeta; 2016
Etapa vital
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