El hecho de que un niño tenga trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) influye directamente en su entorno y en las relaciones familiares. Convivir con niños hiperactivos a veces puede suponer un reto, por eso en este post queremos darte las claves para entender cómo es este trastorno y qué pautas se pueden aplicar para que el día a día sea más fácil en tu hogar.
¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?
Se trata de un trastorno crónico que se suele detectar en la infancia, y que en algunos casos perdura hasta la edad adulta. Si se diagnostica correctamente y es tratado, los síntomas se minimizan y los niños con TDAH pueden ganar en calidad de vida.
¿Cuáles son los síntomas principales de este trastorno?
Teniendo en cuenta que cada caso es único y que el trastorno puede afectar de manera diferente a cada persona, los síntomas más comunes son los siguientes:
- Tener dificultad para comunicarse y llevarse bien con otros niños.
- No poder permanecer tranquilo y calmado realizando una actividad, sintiendo la necesidad de estar en movimiento constantemente.
- Mostrar mucha impaciencia y ser incapaz de esperar su turno en juegos y actividades.
- Hablar constantemente.
- Ser extremadamente olvidadizo y perder cosas con frecuencia.
- Cometer errores por descuido y calcular mal los riesgos y el grado de peligrosidad en algunas acciones.
- Soñar despierto muy a menudo.
- Tener dificultad para contenerse a ciertas tentaciones.
Si tras conocer estos síntomas crees que tu hijo puede tener TDAH, te aconsejamos acudir a un especialista, ya que el diagnóstico sólo puede confirmarse tras una evaluación realizada por un profesional.
Algunos consejos para ayudar a tu hijo con TDAH
Una vez diagnosticado el trastorno, y siguiendo las pautas y el tratamiento indicado por el especialista, hay ciertas recomendaciones para padres y madres de niños con TDAH que pueden ayudar al pequeño y a conseguir una mejor convivencia de toda la familia:
- Acéptalo. Dar vueltas al diagnóstico no sirve de nada. Lo mejor es asumirlo y pensar en todas las cosas que están en tu mano para que los síntomas tengan el menor impacto posible en la vida de tu hijo.
- No te culpes. El TDAH tiene su origen en algunas disfunciones cerebrales y viene determinado por causas genéticas. Es cierto que el ambiente puede potenciar algunos rasgos del trastorno, pero no es consecuencia de una mala educación, así que culparse no sirve de nada más que para malgastar energía.
- Infórmate. Si este trastorno ha llegado a vuestras vidas, es mejor tener toda la información posible para entenderlo. Pide información a los profesionales sanitarios que atienden a tu pequeño y descubre experiencias e historias de otras familias que están pasando por lo mismo.
- Fomenta sus habilidades sociales. Ayúdale a saber cómo hablar con otros niños para hacer amigos y trabajar en equipo con compañeros.
- Fortalece su confianza. Exprésale tu cariño y amor incondicional para que se sienta querido y apoyado ante las dificultades.
- Potencia su autoestima. Hazle ver sus puntos fuertes y sus habilidades. Sustituye los mensajes negativos por positivos, y si hay algo que le cuesta más hacer, intenta sustituirlo por tareas que se le den mejor para que se sienta más útil y realizado.
- Ayúdale a aceptar sus limitaciones. Todo el mundo tiene limitaciones y dificultades para algunas tareas, mientras que tienen más facilidad para otras. Los errores forman parte de la vida y hay que normalizarlos.
El TDAH en la adolescencia
Con la llegada a la adolescencia los jóvenes con TDAH experimentan vergüenza y baja autoestima por sentirse diferentes a sus amigos y compañeros. Es muy importante crear un clima de comunicación en la familia, ayudarle a que crea en sí mismo, a entender su trastorno y a normalizarlo, y a mostrarle que es capaz de muchas cosas, así como de tener calidad de vida realizando el tratamiento indicado por el especialista. Ante todo, déjale muy claro que nada es culpa suya, no es ningún castigo ni se debe a ningún error que haya cometido.
Como hemos comentado anteriormente, es muy importante que te informes y que conozcas el trastorno en profundidad y todo lo que conlleva. Pregunta en tu centro de salud o en el hospital en el tratan a tu hijo, qué recursos sobre TDAH están a tu disposición. También puedes acercarte a asociaciones de pacientes y familiares que te brindarán apoyo y consejo.
Fuente:
Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. (2015). Guía de Práctica Clínica (GPC) sobre las Intervenciones Terapéuticas en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Recuperado de http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_574_TDAH_IACS_paciente.pdf
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