La mayoría de expertos recomienda empezar en torno a los 6 años. Tocar un instrumento es muy beneficioso, pero siempre debe ser algo que el niño quiera hacer, nunca una imposición vuestra. Además, es importante que el niño elija el instrumento que más le interese y que acuda a una escuela adecuada.
Beneficios de tocar un instrumento
El cerebro tienes dos hemisferios complementarios y entrelazados. La parte izquierda es más racional mientras que la derecha es más abstracta, dedicada a habilidades como las artísticas y musicales. Cuando se desarrollan ambas partes, el cerebro incrementa su potencial. Por eso es importante llevar a cabo actividades que potencien ambos hemisferios.
Tocar un instrumento musical desarrolla y mejora la creatividad, el lenguaje, la memoria, la conducta, la inteligencia espacial, el estado anímico del niño, su manera de relacionarse con los demás… Además, las personas que saben tocar un instrumento suelen ser más responsables, cuidadosas, exigentes, tienen una mayor autoestima, son más disciplinadas. La música les enseña a asumir riesgos y a aceptar nuevos desafíos.
¿Cuándo empezar?
Lo mejor es empezar en torno a los 6 años, cuando el niño ya tiene la capacidad de ser disciplinado a la hora de ensayar y aprender solfeo, y es receptivo a cualquier enseñanza nueva.
No obstante, siempre tiene que salir del niño el querer aprender a tocar, no le puedes forzar tú o le resultará algo aburrido y costoso.
Es importante que acuda a un centro especializado donde también le enseñen solfeo ya que es la clave para saber tocar bien cualquier instrumento.
Algunos instrumentos son más aptos para unas edades que otros. Los instrumentos de viento, como la flauta, son más sencillos; mientras que los de cuerda y arco son más difíciles de tocar y requieren más años de aprendizaje. Además, algunos también dependen de factores físicos ya que puede ser necesario que las manos del niño tengan un determinado tamaño o que los incisivos estén en su lugar.
Lo importante, de todas formas, es que sea el niño el que elija qué instrumento quiere tocar y que esté seguro de su decisión, sabiendo lo que implica.
¿Cuál es el instrumento más adecuado?
Como decíamos, el instrumento más adecuado es aquel que el niño quiera tocar. No obstante, en su mente puede hacerse una idea de cómo será tocar ese instrumento y que luego la realidad le decepcione. Quizá sea buena idea que empiece por dar clases de solfeo y que entre en contacto con varios instrumentos a la vez para que pueda valorarlos y ver cuál le gusta realmente más.
Además, cada tipo de instrumento suele ir asociado a un tipo de personalidad, aunque no es una norma. Así, la trompeta es ideal para personas dominantes y agresivas; los de cuerda y arco para personas concienzudas, pacientes y tranquilas; la guitarra es muy apropiada para niños; los instrumentos de percusión son perfectos para personas con mucho ritmo y coordinación; etc.
Etapa vital
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