Al igual que durante el embarazo, la madre lactante tiene mayores necesidades de energía y nutrientes (proteínas, vitaminas, etc.) que antes de quedarse embarazada. Pero ésta no es razón para que te agobies con los cálculos, sino que simplemente aumentando un poco el tamaño de las raciones, de acuerdo con tu apetito y siguiendo una dieta variada y equilibrada, en la que estén presentes todos los grupos de alimentos, será suficiente.
A continuación te damos algunos consejos para una dieta equilibrada, durante este período:
- Haz un desayuno completo para que te dé energía para afrontar la mañana a partir de un lácteo, cereales o pan con embutidos cocidos magros (jamón cocido, pavo…) y un zumo o fruta.
- La comida del mediodía deberá estar compuesta por un plato de pasta, patatas, arroz o legumbres (2-3 veces por semana) acompañados de verdura y combinados con carne o pescado. No olvides el postre!
- A media mañana y por la tarde puedes tomar un pequeño bocadillo y un zumo, ó un yogur y una fruta, ó un vaso de leche con galletas, etc. La variedad es importante!
- Por la noche puedes optar por una ensalada o crema de verduras y un pescado, que dos días a la semana podrás sustituir por huevo.
- No olvides que debes consumir diariamente 5 raciones de frutas y verduras, importantes por su contenido en agua, vitaminas, minerales y fibra. En cuanto a los lácteos (leche, yogur, queso no graso, cuajada, etc.), de 2 a 3 raciones serán suficientes para un mantener una ingesta adecuada de calcio en la dieta.
- Es importante un buen aporte de líquidos. Bebe siempre que tengas sed, preferiblemente agua o líquidos no azucarados.
Recuerda que seguir una dieta variada y equilibrada tiene como primer objetivo cuidar de tu propia salud. Para el cuidado de tu hijo es más importante que prestes atención a lo que debes evitar como el tabaco, la cafeína, el alcohol (incluida la cerveza) o algunos medicamentos.
Etapa vital
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