Entre un 15 y un 30 % de los niños en edad escolar experimenta lo que se conoce como “dolores del crecimiento”, unas molestias o punzadas en las extremidades inferiores que se dan en momentos de reposo. Te explicamos todo sobre estos dolores y cómo puedes aliviar a tu pequeño cuando los tenga.
¿Qué son?
Como decíamos, se trata de dolores o molestias en las piernas que experimentan niños, especialmente en los muslos y las pantorrillas, o en la parte trasera de las rodillas, y que no son consecuencia de ningún golpe o lesión.
Otra de sus características es que suelen aparecer al final del día o la noche, generalmente cuando el pequeño está en reposo o durmiendo. A veces se relacionan con una actividad física intensa del día anterior a sentir los dolores y en una misma semana puede haber varios episodios.
Dependiendo de la intensidad del dolor, el niño puede tener dificultad para contraer el sueño o más facilidad para despertarse al principio de la noche. Por lo general, al día siguiente no hay rastro de las molestias y puede hacer vida normal.
Conviene diferenciarlos de los dolores que se pueden dar, de forma muy localizada, en la rodilla o el talón debidos a una inflamación de la zona de crecimiento de los huesos. Se trata de un dolor muscular, no de articulación.
Debes consultar con el pediatra en los siguientes casos:
- Si el dolor es muy persistente y continúa al día siguiente.
- Si es tan intenso que tu hijo no puede realizar ciertas actividades habituales de su día a día.
- Si está relacionado con una lesión.
- Si el dolor está situado en alguna articulación.
- Si percibes otros síntomas como hinchazón de la zona, enrojecimiento, dolor al palpar, cojera al caminar, erupción cutánea y/o malestar general del pequeño.
¿A quién afecta? ¿Hasta cuándo?
Los “dolores de crecimiento” afectan por igual a niñas y niños sanos entre los 4 y los 8 años. Se trata de una patología benigna que irá desapareciendo con el paso del tiempo y no deja ningún tipo de secuela.
Causas de los “dolores de crecimiento”
No se conocen las causas exactas de estas molestias musculares en la infancia, pero como comentábamos anteriormente, algunas explicaciones apuntan a una actividad física y deportiva intensa. Aunque los expertos no pueden concretar las causas, sí se sabe con certeza que no suponen un problema de desarrollo muscular ni óseo.
¿Cómo puedo aliviar su dolor?
Los episodios de “dolores de crecimiento” no suelen durar mucho, pero si ves que tu hijo lo pasa mal y se queja, existen algunas medidas simples que pueden aliviarle en estos episodios transitorios:
- Realizarle masajes en las zonas con dolor.
- Ayudarle a hacer estiramientos suaves y progresivo de los músculos afectados.
- Aplicar calor en la zona mediante con una almohadilla.
- Si el dolor es persistente, consulta con su pediatra la posibilidad de darle la dosis correspondiente a su peso y edad de algún analgésico como paracetamol o ibuprofeno.
¿Se puede prevenir?
Al desconocerse las causas específicas de estas molestias, es difícil determinar formas de prevenirlas, pero si tu hijo lleva una temporada sufriéndolas por las noches, lo que sí puede ayudar es realizar los masajes en las piernas y los estiramientos antes de irse a la cama y de que aparezca el dolor para conseguir un mayor flujo sanguíneo en los músculos.
Si tu hijo se ha estado quejando recientemente de dolores en las extremidades con estas características, puedes estar tranquila/o, pues como te hemos explicado, se trata de un trastorno benigno que cesa de manera espontánea cuando el niño va creciendo.
Fuentes:
Hospital de Nens de Barcelona. (2012). Dolores de crecimiento. Recuperado de http://hospitaldenens.com/es/guia-de-salud-y-enfermedades/dolores-de-cr…
Steven Dowshen, MD. (2015). Dolores de crecimiento. Kids Health from Nemours. Recuperado de https://kidshealth.org/es/parents/growing-pains-esp.html?WT.ac=
Etapa vital
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