Cómo es el desarrollo psicomotor de los bebés

Desde que nacen, los niños experimentan un constante proceso evolutivo en el que van adquiriendo las habilidades cognitivas, físicas y psíquicas que les permitirán desarrollarse en función de todo su potencial y llegar a ser personas autónomas.

Con el paso de las semanas y los meses, los bebés aprenden a sostenerse, a gatear, a caminar y a controlar los movimientos del cuerpo y a interactuar con las personas y el entorno. También desarrollan los sentidos y aprenden a hablar. 

De manera progresiva y continuada desarrollan un proceso de aprendizaje que se denomina desarrollo psicomotor, un proceso secuencial que depende de factores genéticos y ambientales, así como del afecto y los cuidados que les procuren sus padres y de la estimulación temprana que reciban de ellos. 

Es fundamental detectar, desde que son bebés, si los niños no alcanzan alguno de los hitos de cada una de las etapas del desarrollo psicomotor, ya que este retraso puede ser un signo de algún problema o trastorno que requiera diagnóstico y tratamiento temprano.

¿Qué es el desarrollo psicomotor?

El desarrollo del niño es continuado desde su nacimiento. Hasta alcanzar la adultez, su crecimiento se caracteriza por una constante maduración de todos los órganos y sistemas que forman el organismo, incluido el cerebro. De hecho, las capacidades intelectuales y psíquicas pueden progresar y aumentar durante todo el transcurso de la vida.

El desarrollo psicomotor consiste en la adquisición continua y constante de las habilidades a lo largo de la infancia. Hace referencia tanto al desarrollo de la actividad psíquica, cognitiva y emocional como al desarrollo motor, es decir, el de las funciones motrices que se expresan con el movimiento. 

A lo largo de los meses, el niño va adquiriendo las habilidades propias de los distintos ámbitos de su desarrollo psicomotor: el movimiento, la manipulación del entorno, el lenguaje y la interacción social. 

¿De qué factores depende el desarrollo psicomotor de los bebés?

El desarrollo psicomotor de los bebés se produce de manera secuencial, es decir, el logro de un hito posibilita la obtención del siguiente. Existen una serie de factores que intervienen y condicionan este proceso:

• Maduración del sistema nervioso central (SNC). El SNC está constituido por el cerebro y la médula espinal. Ambos procesan todo el sistema nervioso y controlan las funciones del cuerpo.
• Maduración de los órganos de los sentidos. Los bebés nacen con unos sentidos más desarrollados que otros. Al nacer, los sentidos del olfato y el oído son similares al de los adultos; en cambio, el sentido de la vista mejora con el paso de los meses. Es importante aprovechar las vivencias cotidianas (al alimentarlo, abrazarlo, cantarle, …) para estimular sus sentidos.
• El tono muscular. Se refiere a la contracción parcial, pasiva y constante de la musculatura que hace posible mantener la postura corporal estando en reposo. Los bebés nacen con hipotonía axial o, lo que es lo mismo, con falta de tono - flacidez - en la parte central del cuerpo, y con hipertonía o tono muscular alto en brazos y piernas. Esta situación se va normalizando con el paso de las semanas y los meses.
• Motricidad gruesa y motricidad fina. La motricidad, la capacidad de generar movimiento y desplazarse, posibilita que el bebé se descubra a sí mismo e interactúe con el entorno, adquiriendo posteriormente la representación espacio-temporal. El desarrollo motor grueso es el referido a los cambios de posición, el control postural y la movilidad y es el primero que se adquiere. Posteriormente se logran las habilidades de movimientos finos y coordinados.
• Equilibrio. El sistema vestibular, ubicado en el oído interno, es el responsable del equilibrio y el control espacial. Está en funcionamiento desde antes del nacimiento y se estimula con el cambio de posición, por ejemplo al cogerlo en brazos y alzarlo suavemente o al bailar con él.
• Entorno psicoafectivo. Un ambiente afectuoso y estable, rico en estímulos, contribuye a la adecuada maduración del bebé.
• Estimulación temprana. Los primeros años de vida del niño son fundamentales para un buen desarrollo, pues es cuando las diferentes estructuras biológicas, fisiológicas y psicológicas están formándose y madurando. La estimulación y la atención temprana fomenta el desarrollo psicomotor de los bebés y su desarrollo cognitivo.

Conoce las etapas del desarrollo psicomotor de los bebés

Antes de explicar las etapas del desarrollo psicomotor en los bebés, queremos remarcar la importancia de considerar que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y crecimiento. Los hitos a conseguir en cada etapa se establecen con los parámetros estadísticos de “normalidad”, siendo esta normalidad la resultante del cálculo matemático en base al valor más frecuente, la media aritmética y la desviación estándar.

Las leyes de maduración

El desarrollo psicomotor de los bebés está sujeto a unas leyes determinadas que dan lugar a una evolución ordenada de la maduración. 

• Ley próximo-distal. Las partes más cercanas al eje corporal son las que se controlan primero (hombros-manos), es decir, la respuesta motriz se realiza desde la parte más próxima al eje del cuerpo a la parte más alejada.
• Ley cefalocaudal. El control del movimiento se realiza en orden descendente, desde la cabeza hasta los pies.
• Ley de lo general a lo específico. Se realizan primero los movimientos amplios y generales, para ir avanzando hacia movimientos más precisos.

Hitos de las diferentes etapas

Te contamos algunos de los hitos promedio del desarrollo psicomotor en todas sus áreas (psicomotricidad gruesa y fina/desarrollo visual, auditivo, lingüístico y afectivo-social) establecidos por trimestres.

De 1 a 3 meses:

• Aparece la primera sonrisa intencional, llamada "sonrisa social”, con la que el bebé interactúa con la persona que la recibe 
• Gorjea y emite ruiditos 
• Mueve sus manos y juega con ellas
• Se asusta con los ruidos fuertes y se calma con la voz de sus padres o cuidadores
• Sostiene la cabeza 
• Sigue objetos con la mirada

De 3 a 6 meses:

• Ríe a carcajadas
• Balbucea y combina vocales
• Alcanza y coge objetos con las dos manos
• Tiene un mayor control de la cabeza y el cuello
• Inicia volteo y empieza a mantenerse sentado
• Orienta la vista hacia los sonidos

De 6 a 9 meses:

• Manifiesta empatía y afecto
• Emite sonidos de dos sílabas y balbucea imitando lo que escucha
• Llama nuestra atención con gestos y sonidos
• Reconoce a los padres o cuidadores 
• Permanece sentado sin apoyo
• Logra la coordinación ojo-mano-boca
• Busca un objeto que ha caído
• Inicia el agarre de pinza
• Empieza a desplazarse reptando y gateando

De 9 a 12 meses:

• Reconoce su nombre y entiende las palabras más habituales, así como órdenes sencillas
• Se pone de pie con apoyo y empieza a dar pasos de lado, también con apoyo
• Gatea
• Señala con el índice
• Imita, hace palmas y dice adiós con la mano
• Aprende algunas palabras y sabe lo que son: mamá, papá, agua, …
• Pasa objetos de una mano a otra y los suelta para coger otros

Cómo puedes estimular el desarrollo psicomotor de tu bebé

El desarrollo de la actividad psíquica, cognitiva y emocional se basa en la confianza del bebé hacia el entorno y sus padres, creando el vínculo de apego que determina su desarrollo psicosocial. Para ello es fundamental:

• Satisfacer sus necesidades básicas y afectivas, mostrándole amor y atención Proporcionarle un ambiente familiar cálido y estable, con un continuo contacto físico entre la madre y el bebé. 
• Establecer rutinas de alimentación, sueño y juego, siempre dispuestas en base a las necesidades del bebé.

La estimulación temprana del desarrollo motor permitirá potenciar las funciones cerebrales del bebé en todos las áreas: cognitiva, lingüística, motor y social.

La forma de hacerlo es mediante juegos y actividades con las que el bebé disfrute e inicie aprendizajes.

Cómo detectar un retraso psicomotor en los bebés

Los signos de alarma que pueden indicar la existencia de un retraso del desarrollo psicomotor son: 

• Retraso significativo en la consecución de los hitos propios de cada etapa 
• Dificultades notorias en el desarrollo de las destrezas
• Signos anómalos como asimetría en la movilidad o movimientos oculares anormales 
• Persistencia de reflejos primitivos que ya deberían haber desaparecido

Un signo de alarma no significa necesariamente que exista un problema, aunque es conveniente consultarlo con el pediatra, quien está capacitado para determinar si hay alguna anomalía en el desarrollo psicomotor y actuar en consecuencia. Es importante tener en cuenta que el diagnóstico temprano es fundamental para solucionarlo con la terapia adecuada.

Aunque no se conocen las causas exactas del retraso psicomotor en bebés, los especialistas las achacan a motivos genéticos, como errores congénitos de metabolismo que causen alguna afectación psicomotriz, o adquiridos antes o después del parto, como una infección, un problema vascular o un traumatismo.

El desarrollo psicomotor en los bebés es propio y único en cada niño y las variaciones en los hitos no tienen porqué tener una razón patológica. En cualquier caso, si observamos algún signo que nos inquiete, debemos consultar al pediatra quién evaluará las aptitudes del niño y realizará un diagnóstico.