Acostumbrarle desde bien pequeño a lavarse las manos antes de comer es vital para mantener una salud de hierro y evitar las enfermedades contagiosas. En teoría, habría que lavarlas antes y después de comer, tras ir al baño y al llegar del parque o de la guardería. Piensa que, aunque los niños vayan creciendo, el binomio mano-boca sigue estando muy presente hasta los primeros años de cole.
Según Unicef, solo con lavarse las manos con jabón antes de comer o después de ir al baño se reducirían a la mitad los casos graves de diarrea y disminuiría la incidencia de infecciones respiratorias como la neumonía. Y es que las manos son el principal medio por el que los virus y bacterias llegan al organismo; así que, intenta que tu peque aprenda cuanto antes a poner esta práctica barrera a los microorganismos. Así puedes enseñarle:
• El ejemplo es básico. Los niños aprenden por imitación, así que, antes de comer y después de ir al baño que no se te olvide lavarte las manos –e intenta explicárselo cada vez que lo hagas–.
• Tanto si va a lavárselas solo como si lo hace con ayuda, hazte con un taburete que esté siempre al lado del lavabo para que llegue y esté cómodo.
• Enséñale a abrir el grifo y, si te da miedo que se queme, pídele que utilice solo agua fría, ¡no va a pasarle nada!
• Deja su jabón líquido en un dosificador que sea fácil de utilizar por él. Según vaya adquiriendo más habilidad, si sustituyes el jabón líquido por una pastilla de jabón de las de toda la vida lograrás que se las frote mejor.
• Enséñale cómo es el movimiento rotatorio de lavarse las manos. Este lavado debe durar de medio minuto a uno. Y ojo con el dedo pulgar, la mayoría de los niños se olvidan de jabonarlo.
• Es importante que se enjuague bien, hasta que no quede espumita, y que se seque siempre. ¡Y felicítale cuando lo haga muy bien o cuando se acuerde solit@ de que tiene que hacerlo!
Etapa vital
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