No hay inconveniente en que conduzcas durante tu embarazo, eso sí, debes tomar ciertas precauciones e intentar conducir lo mínimo cuanto tu tripa sea demasiado prominente.
Mientras tu tripa no sea muy voluminosa no habrá problema en que conduzcas. Si te preocupa que un frenazo brusco pueda dañar al bebé, tranquila, el golpe tiene que ser muy fuerte para afectar al feto ya que se encuentra muy protegido por la placenta y el líquido amniótico.
En las últimas semanas de embarazo ya no se recomienda conducir ya que tu agilidad no será la misma y la tripita puede resultar un engorro a la hora de manejar el volante.
No obstante, mientras te encuentres bien y te sientas apta para conducir (hay que tener en cuenta el cansancio, la fatiga o las molestias), puedes hacerlo siguiendo una serie de precauciones:
- Evita los desplazamientos largos al volante; no se deben hacer más de 100 km seguidos ni 3 horas al día.
- A partir de la semana 30 ve siempre acompañada.
- No vayas muy rápido, evita los frenazos bruscos y asegúrate de que el coche está en perfecto estado, sobre todo las ruedas y los frenos.
- No conduzcas si las molestias del embarazo te impiden llevar una vida normal.
- El uso del cinturón en embarazadas es obligatorio. Debe colocarse de manera especial para evitar dañar el feto en caso de accidente: una parte entre los senos y la otra por debajo de la cadera. Si te molesta, cómprate un cinturón especial para embarazadas.
- No desconectes el airbag, sus beneficios son mayores que sus posibles riesgos.
- Si te duele mucho la espalda, utiliza una faja especial para el embarazo y póntela a la hora de conducir ya que estar mucho tiempo sentada puede agravar los dolores.
- Descansa y sal del coche cada hora u hora y media para estirar las piernas y activar la circulación.
Etapa vital
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