Con la espelta se elaboraba el pan 'de los ricos' por su suave textura y su corteza delicada. Hoy, los amantes de la cocina sana la han rescatado del olvido no solo por sus exquisitas cualidades organolépticas, sino por sus estupendas propiedades nutricionales que hacen de este cereal uno de los más sanos para niños y mayores.
Se la conoce como trigo verde o salvaje, y se cree que es el origen de todas las variedades de trigo actuales. Con un sabor ligeramente dulce, es una alternativa estupenda para niños, tanto para aquellos que aun están con las papillas como para los que ya le dan a los sólidos con soltura. Lo único a tener en cuenta es que es un cereal con gluten, así que, los más pequeños han de tomarlo en formulaciones a las que se les haya extraído esa proteína o esperar unos meses más para consumirla.
En papilla, en germinado para ensaladas, como base para preparar pasta, galletas o pan... no dejes de dársela porque:
- La mayoría de su cultivo es ecológico. Como no se ha comercializado a gran escala, los productores europeos –principalmente, Suiza y Alemania– se han decantado por su cultivo ecológico, ayudados porque este cereal de forma natural casi no necesita pesticidas por su elevada resistencia a plagas y enfermedades.
- Tiene 8 aminoácidos esenciales; es decir, es súper rico en proteínas de elevado valor biológico, como la lisina, que estimula la hormona del crecimiento, y es muy escasa en otros cereales.
- Es buena para el desarrollo cerebral. Por su alta concentración en fósforo, hierro y magnesio.
- Previene el estreñimiento por su alto contenido en fibra.
- Tiene menos calorías que el trigo. Lo que lo hace perfecto para niños con tendencia a subir rápido de peso.
Etapa vital
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