El tiempo pasa rápido y el pequeño ya ha cumplido tres meses. En esta etapa ya reconoce a su mamá a la perfección e incluso se reconocerá a sí mismo si le sujetamos un espejo delante. Poco a poco va teniendo más fuerza y se comunica más con su entorno.
Desarrollo de los bebés de tres meses
El pequeño irá adquiriendo más fuerza según pasan los meses y sus aspecto será más rollizo que al principio. Durante el primer trimestre, los bebés engordan unos 200 gramos semanales y crecen unos tres centímetros al mes.
Las articulaciones son mucho más flexibles y moverá con mucha más fuerza los brazos y las piernas. Puede abrir y cerrar los deditos, juntar las manos e incluso golpear objetos que le acerquemos.
Sabremos si nuestro bebé se está desarrollando bien gracias a algunas habilidades: acostado boca abajo pueden levantar la cabeza entre 45 y 90º y apoyándose en los bracitos se mantendrán así casi un minuto. Cuando está acostado boca arriba ya tendrá las piernas menos flexionadas y apoyará los talones en la camita o la cuna. Hay que tener cuidado si le ponemos en alguna superficie alta sin barrotes, pues ya sabe rodar casi perfectamente.
Su único alimento seguirá siendo la leche hasta aproximadamente los seis meses. En cuanto a las tomas, es común que se espacien. Lo normal son unas cinco o seis tomas diarias y si los papás tienen suerte, el pequeño dormirá ya unas seis horas seguidas por la noche.
Nuevas habilidades y estímulos
A los tres meses, el lóbulo temporal del cerebro de los más pequeños está en pleno desarrollo así que será el mejor momento para cantarle, hablarle y leerle.
La forma de comunicación del pequeño sigue evolucionando y ya tiene varias respuestas para los estímulos del exterior. Sonríe cuando ve a sus papás u a otras personas cercanas e incluso puede emitir alguna risita. Da pequeños gritos y balbucea varios sonidos simples, también llorará menos y suele ser más fácil de consolar.
A los tres meses ya tiene la visión bastante perfeccionada. Puede percibir los colores, las luces y ve a distancias más largas así que le encantarán los muñecos coloridos y luminosos.
Suele tener las manitas abiertas, se las coge y las mira atentamente. No acierta a coger los objetos él solo, pero si se lo pones en la mano, lo podrá sujetar y agitar unos cuantos segundos. Intentará tocar las caras de quienes se acerquen mucho e incluso podrá tirar del pelo.
El sentido del oído también empieza a estar muy desarrollado en esta etapa. Reacciona a los sonidos y gira la cabeza para ver de dónde provienen, también es capaza de mirar atentamente a la persona que le esté hablando.
¿Cómo estimularle?
Los mejores estimulantes para los bebés seguirán siendo la voz y el contacto de los propios papás. También le encantará la música y los cuentos aunque no entienda el significado.
Podemos ofrecerle juguetes pequeños y sonajeros para que pueda aprender a agarrarlos bien y a menearlos. También disfrutará mucho a la hora del baño chapoteando y jugando con muñecos de goma.
Para ayudarle a desarrollar los músculos, podemos estirarle y doblarle los bracitos y las piernas y hacerle cosquillas suaves para que se mueva. También es bueno mantenerle un ratito de pie mientras le sostenemos fuerte por los costados.
Etapa vital
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