Como bien se sabe “la paciencia es una virtud” así que desde que los niños son pequeños habrá que enseñarles a esperar tranquilos dejando a un lado los berrinches y pataletas. Los valores que se aprendan en la infancia definirán la edad adulta
La educación que se les dé a los niños desde pequeños es lo que les definirá según vaya creciendo así que es importante que desde una edad temprana se les inculquen unos valores y modos de comportamiento.
La impaciencia es algo muy común en los niños, no entienden que si quieren algo no puedan tenerlo en ese mismo momento, además, para ellos el concepto de tiempo es algo abstracto y no saben diferenciar entre una hora o unos minutos. La espera se les hace eterna y no pararán de insistir hasta conseguir aquello que están pidiendo. Es fundamental que desde que son pequeños se les eduque a saber esperar con tranquilidad y a respetar y los turnos y los tiempos para hacer cualquier cosa.
Algunas claves para enseñar a los pequeños a ser pacientes:
- Lo primero es predicar con el ejemplo y si los padres quieren enseñar a su hijo a esperar tranquilo deben ser ellos mismos los primeros en aprender a relajarse. No se puede pretender que un niño sea paciente si los padres en un atasco, por ejemplo, gritan a otros coches y se alteran. Tampoco es bueno meterle prisa en todo momento, ni terminar las cosas por él para ir más rápido. Si aún se viste él solo demasiado despacio, calculemos mejor el tiempo y dejémosle que siga su ritmo.
- Se pueden ir introduciendo pequeñas esperas para que se vaya acostumbrando. En vez de darle algo justo cuando lo pide será bueno hacerle esperar unos 10 minutos.
- Es mejor anunciar los acontecimientos en un periodo corto de tiempo, mejor de un día para otro que de una semana para otra. Estará menos tiempo esperando que llegue el esperado momento.
- Cuando son muy pequeños no comprenden el concepto de tiempo, así que si le decimos que espere 5 minutos no sabrá deducir cuánto deberá esperar y seguirá insistiendo; es mejor acotar el tiempo con ciertos hechos, por ejemplo: “iremos al parque cuando termine de fregar estos platos”.
- Los juegos en grupo son una buena manera de fomentar el respeto por los turnos y ayudarle a entender que debe esperar hasta que le vuelva a tocar.
- No solo hay que enseñarle a saber pedir las cosas sino también a cómo pedirlas. Los buenos modales y el “por favor” siempre deben estar presentes.
- Si le estáis inculcando que debe estar calmado para pedir las cosas y no debe tener una pataleta cuando le toque esperar, los padres también deberéis explicarle las cosas de manera tranquila y sin chillar. Si el niño chilla y los padres también, lo único que se conseguirá es una discusión.
- Es importante cumplir las promesas que se le hagan al niño, si le decís que le compraréis un helado cuando termine de recoger, habrá que cumplirlo. Mentir solo vale para que el niño desconfíe de los padres y se vuelva aún más impaciente porque nunca sabrá cuándo realmente le van a dar aquello que pide.
- Hay que hacerle entender que no se deben interrumpir las conversaciones. Cuando hable antes de que terminemos le decimos que espere un momento, le ignoramos un par de minutos aunque siga insistiendo y después le hacemos caso.
- Por enseñarle a ser pacientes y a esperar tranquilos no hay que dejarle desatendido. Además, hay que tener en cuenta las diferentes situaciones, cuando los niños están malitos o tienen sueño se vuelven aún más impacientes.
- Cuando se sabe que una espera va a ser larga, como por ejemplo en la cola del médico o durante un viaje, se deben llevar juguetes y cuentos para que pase el tiempo lo mejor posible. Hay que tener en cuenta que los niños son niños y no podemos pretender que sepan esperar como los adultos.
Etapa vital
Deja un comentario