Crecimiento infantil: qué es y cómo se desarrolla

¿Te preocupa el crecimiento de tu hijo? ¿Se puede hacer algo para que crezca más? ¿Qué enfermedades pueden afectar a su desarrollo? En este post respondemos a estas y más preguntas sobre el crecimiento infantil. 

¿Qué es el crecimiento?

Se trata del proceso biológico que va desde el momento de la concepción hasta que se alcanza la maduración esquelética y sexual total del individuo, que suele darse hacia la segunda década de vida. 

Además del aumento de masa y talla, el crecimiento implica un desarrollo progresivo de todos los órganos y sistemas del organismo que hacen que una persona logre tener una capacidad funcional completa. 

¿Hasta qué edad crecen los niños

Los niños no crecen todos al mismo ritmo ni experimentan un crecimiento constante, sino que la velocidad de crecimiento varía a lo largo de la infancia e incluso puede cambiar mucho de un mes a otro.

Se pueden observar tres periodos bien diferenciados en lo que se refiere al ritmo de crecimiento en los niños (centímetros que se crecen por año):

• Crecimiento rápido: ocurre en la primera infancia, desde el nacimiento hasta los 2 o 3 años de vida. Es un periodo de crecimiento muy rápido con gran desarrollo del sistema nervioso. En esta etapa puede llegar a triplicarse el peso al nacer y duplicarse la talla.
• Crecimiento estable: comprende las etapas preescolar y escolar hasta llegar a la preadolescencia y adolescencia, los dos periodos entre la infancia y la edad adulta. En este periodo el crecimiento infantil es lento y estable. El peso aumenta de 2,5 a 3,5 kilos por año y la talla de 5 a 7 cm por año. Las niñas empiezan a aumentar de talla y peso antes que los niños a expensas del tejido adiposo cuando llegan a la pubertad.
• Crecimiento acelerado: propio de la pubertad. Es lo que se conoce como estirón puberal y desde su inicio hasta la finalización del crecimiento, los niños crecen entre 25-30 cm y las niñas entre 23-27 cm, alrededor del 15-20% de la talla adulta. 

En esta etapa coexisten una velocidad de crecimiento elevada con cambios madurativos que afectan al tamaño, forma y composición del cuerpo, y que difieren en función del sexo. En los chicos aumenta de manera más importante la proporción de hueso y músculo mientras que en las chicas aumenta en mayor proporción la cantidad de grasa. Esas modificaciones vienen provocadas por las hormonas sexuales y van a condicionar diferentes necesidades alimentarias entre sexos.

Factores que influyen en el crecimiento infantil

El crecimiento de los niños depende de factores genéticos y ambientales. A continuación, te detallamos cuáles son:

• Herencia genética. La talla de los padres determina la velocidad a la que irá creciendo el pequeño en las diferentes etapas, así como en su talla final y la duración total del proceso de crecimiento. 
• Nutrición. Para un crecimiento adecuado, la cantidad y la calidad de la alimentación debe ser la correcta, prácticamente desde que el niño es concebido. Obtener los nutrientes necesarios es especialmente importante en los primeros años de vida, pues un déficit en esta etapa, en la que la velocidad de crecimiento es mayor, podría provocar un retraso en la maduración de los huesos y una pérdida de centímetros en la talla final del niño.
• Estado de salud. Algunas enfermedades pueden afectar a la alimentación o a la capacidad para absorber nutrientes y acabar influyendo en el crecimiento del niño. Cuanta más salud tenga el pequeño durante su infancia, menos alteraciones experimentará en su proceso de crecimiento. 
• Nivel socioeconómico. Teniendo en cuenta los puntos anteriores, se entiende que un niño con déficit nutricional, con una alimentación más escasa o de menor calidad, y criado en entornos con menos información nutricional, puede ver su talla final afectada. Del mismo modo, vivir en lugares con mayor riesgo de infecciones y/o menor acceso a la sanidad, también influye negativamente en el proceso de crecimiento. 

Ritmo del crecimiento a lo largo de la infancia

Son muchos los padres que acuden a la consulta del pediatra preocupados por el crecimiento de su hijo al observar que durante un tiempo no han notado una evolución. Lo cierto es que el ritmo de crecimiento infantil se suele dar en períodos concretos, los denominados picos de crecimiento.

• Primer año de vida. El crecimiento en esta etapa es muy rápido, llegando a aumentar 23-25 cm, y aumentando su talla hasta en un 50 %. 
• Segundo año de vida. El ritmo de crecimiento sigue siendo rápido, ganando aproximadamente 12 cm. 
• A partir de los 3 años. El crecimiento se ralentiza, pero es relativamente constante y aumenta unos 6 cm por año. 
• Pubertad. Es la etapa de transición de la infancia a la edad adulta. Como hemos explicado, se trata de otro de los periodos destacados por rápido crecimiento en poco tiempo.

Como es lógico, el ritmo de crecimiento en las diferentes etapas dependerá de las características y la talla familiar, así como los factores ambientales, y, en general, del ritmo madurativo de cada niño. 

¿Por qué dejamos de crecer

El crecimiento cesa a una edad variable, dependiendo del momento del inicio de la pubertad y de la rapidez o lentitud de su progresión. En condiciones normales, el pico máximo de crecimiento tiene lugar hacia los 12 años en las chicas y a los 14 en los chicos y la media de edad a la que cesa el crecimiento en los varones es a los 21 años y en las mujeres a los 17 años.

El crecimiento en altura termina en el momento en que finaliza el alargamiento de los huesos largos y se cierran los extremos articulares. Los cambios hormonales propios de la pubertad aceleran este cierre y ralentizan el crecimiento lineal del esqueleto.

Enfermedades que puede afectar a su crecimiento

Es posible que un niño no crezca al ritmo esperado, si se compara con la talla de sus progenitores, y se tienen en cuenta el resto de los factores que influyen en el proceso de crecimiento. A través de un seguimiento antropométrico de entre 6 meses y un año, y mediante una serie de fórmulas, los especialistas pueden establecer si el ritmo es normal o si pueden existir problemas de crecimiento. 

Las enfermedades comunes, a no ser que se repitan mucho a lo largo del tiempo y afecten al pequeño en largos periodos, no tienen por qué alterar su ritmo de crecimiento. Esto se debe a que cuando se superan, si el crecimiento se ha llegado a detener, el organismo tiene la capacidad de realizar un “crecimiento de recuperación” y gana todo lo que no había crecido cuando le tocaba hacerlo. 

Sin embargo, cuando existe una enfermedad crónica, lo suficientemente grave y prolongada en el tiempo, sí puede afectar a la talla final del pequeño. 

Niños de talla baja y la prueba de la edad ósea

Cuando existe un retraso en el crecimiento infantil, se puede usar la estimación de la edad ósea. Esta prueba indica la edad biológica del niño, y en muchos casos, sirve para confirmar retrasos en el crecimiento, diagnosticar ciertas patologías, orientar a la hora de iniciar tratamientos concretos y para realizar estimaciones de la talla final del niño evaluado. 

Si el pequeño tiene una talla baja, teniendo en cuenta la estatura de sus padres y el resto de los factores, se le realiza la prueba de edad ósea y si esta indica que, aunque el pequeño tiene 10 años, su edad ósea es de 8, significa que aún tiene un margen de crecimiento y que en algún momento dará un “estirón”. Lo normal es que la edad cronológica sea la misma que la edad ósea.

¿Existen alimentos que estimulan el crecimiento?

La respuesta a esta pregunta es sí y no, porque en realidad, lo que ayuda a que el crecimiento y el desarrollo de un niño sea normal no es otra cosa que una alimentación equilibrada que le aporte los nutrientes que necesita en la cantidad adecuada. 

Dicho esto, sí es cierto que algunos alimentos son especialmente esenciales y ayudan más que otros al organismo y favorecen su crecimiento. Estos son: 

• Proteínas. Son fundamentales para la formación del tejido nuevo, y estimulan la hormona del crecimiento gracias a los aminoácidos que aportan. Los alimentos ricos en proteínas como el pescado, la carne y las legumbres, deben estar presentes cada día en la dieta de un niño. 
• Grasas saludables. Son las que se encuentran en el AOVE, el aguacate, el salmón, la caballa, el atún y los frutos secos, y son ricos en omega 3. 
• Hidratos de carbono. Son importantes porque proporcionan al cuerpo la energía para funcionar y, por tanto, también para crecer. Se recomiendan los hidratos de absorción lenta, los azúcares complejos, los de calidad, que se encuentran en los cereales integrales, la verdura y las legumbres.
• Vitaminas. En la dieta de un niño debe haber alimentos que le aporten vitaminas de los distintos grupos porque todas son necesarias para el organismo y cumplen una función. 
• Lácteos. Son ricos en calcio, un elemento clave en el desarrollo de los huesos. 

La hormona del crecimiento

Como su nombre indica, es la hormona encargada del desarrollo y el crecimiento del organismo. Se trata de una proteína que actúa sobre el hueso y el tejido conectivo, que estimula el aumento de estatura durante el proceso de crecimiento de los niños. 

El pediatra debe valorar qué grado de retraso tiene un niño de talla baja y cuál es la causa que hay detrás. En el caso de que el retraso sea producido por una enfermedad, se puede valorar la posibilidad de iniciar un tratamiento con la hormona de crecimiento para aumentar el ritmo de crecimiento. 

Esperamos que todo lo que te hemos explicado en este post te ayude a entender mejor cómo es el proceso de desarrollo de un niño, si es posible estimularlo y qué puede haber detrás de un ritmo lento de crecimiento infantil. Sin embargo, como siempre hacemos en Club Familias, te animamos a que consultes siempre con el pediatra y le comuniques cualquier preocupación o duda sobre la salud de tu pequeño. 

Publicado originalmente el 20 de enero de 2017, actualizado el 31 de enero de 2024