La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta al 20% de los niños y al 2-3% de los adultos. Se caracteriza por sequedad, inflamación, enrojecimiento, descamación, picor, etc. Estos síntomas pueden llegar a afectar a la calidad de vida de las personas que lo padecen, ocasionado dificultad para dormir, cambios de humor, cansancio, etc.
Está demostrado que el clima frío y seco aumenta los brotes y agudiza los síntomas de la dermatitis atópica.
Por eso en los meses de invierno se deben extremar los cuidados de la piel:
- Aplique cremas hidratantes. La hidratación de la piel debe de ser constante, durante todo el año, sin esperar a la aparición de lesiones o picor. El momento más adecuado para aplicar la crema hidratante es inmediatamente después del baño o ducha, cuando la piel todavía está húmeda. Se debe aplicar por todo el cuerpo. Se prefieren cremas que aceites.
- Utilice humidificadores ambientales. La sequedad del ambiente producida por las calefacciones seca más la piel e incrementa el picor. Puede evitarse colocando recipientes con agua o aparatos de humidificación en los hogares.
- Elija ropa de algodón o lino. Evite el contacto directo de la piel con tejidos como: lana, fibras sintéticas, plásticos, gomas, etc. ya que incrementan la temperatura corporal y acentúan el picor. No use suavizantes y lejías para lavar la ropa.
- El calzado debe ser de piel o tela, con buena aireación. Se aconseja el uso de calcetines de algodón o hilo.
- No abrigue en exceso. En invierno se tiende a poner demasiada ropa a los niños, pero el sudor y calor excesivo puede empeorar la dermatitis atópica. Se recomienda usar varias capas de ropa para adaptarse correctamente a cada ambiente.
Fuente: Dra. María Sanz Almazán, médico de familia en el Centro de Salud Riaza (Segovia).
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