Sobre los andadores y tacatás hay opiniones diversas acerca de si son recomendables o no. En cualquier caso, su uso debe quedar restringido a pequeños ratos del día y siempre como un momento más del juego pues no ayudan a la hora de aprender a andar.
Sobre el andador hay opiniones diferentes sobre si es bueno o no usarlo. Pero este utensilio tiene sus pros y sus contras y siempre hay que tener en cuenta la edad del niño y el objetivo por el que vamos a ofrecérselo al pequeño antes de comprarlo.
Algunos contras y pros sobre su uso
Al contrario de lo que mucha gente suele pensar y de su propio nombre, los andadores no sirven para ayudar a los niños a empezar a andar, es más, si se usa de manera frecuente y durante un tiempo prolongado pueden provocar un retraso en el desarrollo motor de los más pequeños. Al estar cómodamente sentados y tener tanta facilidad para moverse de un lado a otro, no se fomentará la habilidad del gateo paso previo a caminar.
Aunque ya sepan gatear, tampoco son de utilidad porque no fomentan el equilibro ni la coordinación, el niño tiene que hacer muy poco esfuerzo para moverse mientras lo está usando. La cuestión es que no aprenden a mover los brazos, fundamental para mantener el equilibrio una vez se dispongan a andar sin ayuda. Además, al tener ruedas el movimiento no es el mismo que cuando se está empezando a caminar sino que se impulsan con ambas piernas a la vez.
Además, hay que tener cuidado y siempre que los niños estén dentro del tacatá es necesario vigilarles pues pueden moverse rápidamente por toda la casa y alcanzar objetos peligrosos o ir a donde no deben (escaleras, terraza, meterse en la cocina mientras cocinamos…).
Por otra parte, el andador puede usarse como un juego en el que los niños, cuando aún no saben desplazarse solos, se divertirán moviéndose por toda la casa. Eso sí, su uso debe ser moderado y restringirse a un ratito al día formando parte de la rutina de juegos. Además, los bebés en el andador siempre deben permanecer bajo vigilancia, no vale dejarles ahí mientras los padres se relajan un ratito.
En conclusión, el andador no ayuda a los niños a empezar a caminar antes, para aprender a andar los pequeños necesitan estar en el suelo por el que pasarán por las diferentes fases: aprender a sentarse solos, gatear y por ultimo a ponerse de pie y dar los primeros pasos. Si permanecen mucho tiempo en uno de estos andadores todas estas fases se retrasarán. Puede emplearse como un juego con el que se divertirán moviéndose rápidamente por la casa, pero en general no es un utensilio estrictamente necesario.
De todas formas, si los padres se deciden a comprarlo hay que tener en cuenta una serie de puntos:
- El bebé debe tener entre 7 y 8 meses, cuando ya sepa sentarse solito y su cuerpo esté preparado para permanecer erguido e impulsar las piernas.
- Su uso no debe extenderse a más de los 18 meses.
- Debe ser consistente y muy estable para que no haya peligro de que vuelque.
- Debe llevar una tira en la entrepierna de un material cómodo para evitar que el bebé se haga daño por el rozamiento.
- Los bordes y esquinas deben estar redondeados.
- La altura del asiento debe ser regulable para que se pueda adaptar a la altura del pequeño.
Etapa vital
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