La primera sonrisa del bebé

  • 29 de Julio del 2015
  • 2 min de lectura

La primera sonrisa del bebé es uno de los momentos más bonitos y esperados por los papás. La sonrisa de los niños, igual que otras etapas de su desarrollo, también pasa por varias fases, desde una primera refleja hasta las verdaderas carcajadas.

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Entre el primer y segundo mes de vida del bebé aparecerá la primera sonrisa surgida en respuesta a algún estímulo, bien sean carantoñas, caricias, una cara conocida, un juguete que le guste o una nana. Antes de estas primeras cuatro semanas, los pequeños esbozarán otra primera sonrisa pero se tratará de un acto reflejo y no social que suele confundir a los emocionados papás.

Esta primera sonrisa refleja, también conocida como sonrisa angelical, aparece de forma espontánea y no se conocen muy bien sus causas, algunos expertos apuntan a que es un reflejo del bienestar del bebé y que está relacionada con las sensaciones internas del niño. Muchas veces se puede observar mientras el bebé duerme o toma el pecho.

La primera sonrisa verdadera, la que surge como un estímulo social en respuesta a la voz y caricias de los padres o a objetos que llamen su atención, suele aparecer entre la cuarta y sexta semana de vida del pequeño. Al principio prácticamente sonreirá a todo aquel que se le acerque a la cara y le haga muecas pero conforme pasen los meses (aproximadamente a los 6) esta sonrisa será más selectiva y estará destinada casi exclusivamente a los familiares.

Esta primera sonrisa social se irá agrandando hasta que en el cuarto o quinto mes se convierta en una verdadera risa con gorjeos y otros ruiditos. Se reirá de todo tipo de situaciones e incluso de cosas propias de la vida cotidiana.

Hacia los 7 u 8 meses empieza la risa de satisfacción como respuesta a un estado anímico alegre y placentero y conformen pasen los meses irá entendiendo nuevas bromas que le harán reírse a carcajadas.

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La sonrisa es un importante hito en la vida de los bebés, favorece el desarrollo social e implica que la actividad cerebral está evolucionando bien. Si un bebé no sonríe entre la sexta y octava semana habrá que acudir al pediatra para que descarte cualquier problema.

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