Estilos de Crianza

Los estilos de crianza se refieren a la forma en la que educamos a nuestros hijos. Los valores inculcados y el ambiente en el que ellos se desarrollan marcan una diferencia importante que prevalecerá a lo largo de sus vidas y en gran medida dictará su desenvolvimiento social.

La realidad es que los niños según crecen y se educan van siendo moldeados por los padres, y de ahí en adelante desarrollan su comportamiento social, el alcance de metas, autoestima y seguridad; Los diferentes estilos parentales educativos influyen sobre estos aspectos, fortaleciéndolos o no.

¿Cuántos tipos de crianza hay?

Ya se ha dicho que los niños se forman de acuerdo con lo que se les enseña, en este caso vamos a mirar un poco más allá de lo que está explícito, es decir, cada acción parental tiene su impacto, y este puede ser positivo o negativo no por la acción en sí, sino que tiene que ver más con las emociones que esta acción conlleva.

Los diferentes estilos parentales educativos están fundamentados en la teoría de la filósofa y psicóloga estadounidense Diana Baumrind. Especializada en psicología del desarrollo, Baumrind estudió cómo los estilos de crianza influyen en la forma de ser de los niños e identificó tres estilos parentales educativos: autoritario, permisivo y democrático. 

Años más tarde, los psicólogos Eleanor Maccoby y John Martin añadieron un cuarto estilo de crianza, el negligente. En la actualidad, se abre paso un quinto tipo de crianza, el sobreprotector.

A continuación explicamos cada uno de los tipos de crianza.

Estilo de crianza autoritario

El estilo parental educativo de tipo autoritario establece la relación entre padres e hijos con gran diferencia, los padres son quienes establecen las normas y exigencias, mientras que los hijos solo deben acatarlas y obedecer, sin que les está permitido opinar. No existe la mediación y tampoco hay grandes demostraciones de afecto de padres a hijos. Los padres esperan mucho de sus hijos y si por cualquier motivo el resultado no es el esperado, los niños son severamente castigados.

Los hijos educados bajo el modelo de crianza autoritario suelen tener carencias afectivas, baja autoestima y desarrollan muchos miedos, al igual que no toleran bien el fracaso. Algunas veces durante la adolescencia se atreven a rebelarse, o por el contrario adoptan una actitud complaciente y sumisa. Debido a su inmadurez emocional, en ausencia de una autoridad externa pierden el rumbo con facilidad y la falta de autocontrol les hace más vulnerables a mostrar conductas agresivas.

Estilo de crianza permisivo

Totalmente opuesto al tipo de crianza anterior, el estilo de crianza permisivo se caracteriza por padres que ponen pocas o ninguna norma a sus hijos, no exigen nada ni saben decir que no, priorizando tanto las necesidades como los caprichos de sus hijos para evitar que lloren o se enfaden.

A la larga, el impacto de este tipo de crianza sobre los hijos es muy negativo pues crecen creyendo ser merecedores de cuanto deseen. Son pequeños egoístas y tiranos, no desarrollan la empatía y tienen muchas dificultades para tener un buen desarrollo social y académico.

Estilo de crianza democrático

El estilo de crianza democrático es más plural. Existen reglas y normas claras impuestas por los padres como autoridad, estableciendo los límites mediante refuerzos positivos. Las reglas se razonan en familia para explicar las razones de éstas y a los chicos se les permite expresar sus emociones y opiniones, brindándoles atención y afecto incondicional.

Este modelo de crianza tiene como resultados personas con autoestima alta y seguros de sí mismos. Se adaptan fácilmente a los cambios, empatizan con los demás de forma sana y emocionalmente tienen un desarrollo basado en el autocontrol y reconocimiento propio.

Estilo de crianza negligente

Como podemos intuir por su nombre, el estilo de crianza negligente es un modelo de crianza pobre en todos los sentidos. Los padres no se implican en el cuidado y educación de sus hijos, que suelen delegar en terceros, y les prestan poca o nula atención y afecto. 

A consecuencia de este estilo de crianza, los hijos crecen con importantes carencias emocionales, con una baja autoestima y pocas habilidades sociales. La falta de referentes en el hogar puede llevarles a establecer relaciones poco recomendables y a tener dificultades para cumplir las normas y respetar a los demás.

Estilo de crianza sobreprotector

Los padres que ejercen una crianza sobreprotectora están constantemente vigilantes y temerosos, intentando evitar todos los obstáculos que puedan afectar al bienestar de sus hijos. Para ello, no dejan que sean los pequeños quienes tomen decisiones y actúen, haciéndolo en su lugar.

Este tipo de crianza frena el desarrollo de las fortalezas y habilidades necesarias que prepara a los pequeños para la vida. En consecuencia, se crea una dinámica de excesiva dependencia que menoscaba su autoeficacia y autoestima. La sobreprotección impide que aprendan a resolver los problemas por sí mismos, aumentando significativamente las posibilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad. 

¿Cuál es el mejor método de crianza?

Siendo francos todos los padres ejercen los distintos estilos de crianza, algunos con mayor énfasis en un tipo determinado, aunque al final suelen mezclarse todos entre sí. Te indicamos una serie de recomendaciones para mejorar la calidad de crianza y formar personas sanas y sociables, con valores y una buena autoestima:

• En primer lugar, toma en cuenta las emociones y los sentimientos, enseñando a los niños a reconocerlos y controlarlos. Asimismo, expresa, en un lenguaje que ellos puedan entender, los sentimientos que tenéis como padres.
• Hazles saber que existen límites y normas que hay que cumplir y, aunque pueden expresar como se sienten respecto a ellas, deben obedecerlas. 
• Como padres, estad siempre disponibles y afectuosos, para que sepa que siempre puede contar con vosotros.
• Ten claro que las acciones y conductas como padres determinan las conductas de los hijos. 
• Sé paciente, ayúdale cuando se equivoque o falle en cualquier momento.
• Evita criticar o inhibir las emociones de tus hijos, de esta forma entenderán que estás dispuest@ a escucharle siempre y que puede acudir a vosotros sin riesgo de prejuicios.

Publicado originalmente el 27 de junio de 2022, actualizado el 8 de octubre de 2024