Los niños empiezan a desarrollar su capacidad pictórica a partir del año. Durante sus primeros años, los garabatos ilegibles y las formas abstractas son los protagonistas de sus dibujos. No será hasta después de sus cuatro años cuando empiecen a hacer dibujos que se vayan asemejando a la realidad.
A partir de los 3 meses, los bebés empiezan a desarrollar su habilidad para agarrar objetos. Este hito de desarrollo va evolucionando hasta que consiguen la coordinación mano-ojo suficiente para empezar a dirigir un lápiz o una cera sobre una superficie de una manera más o menos controlada.
¿Cuándo empiezan a dibujar?
Aunque esto varía en cada niño, la mayoría suelen empezar a hacer garabatos a partir de su primer año. De hecho, hasta los 3 años, los niños suelen seguir la etapa del “garabateo”, en la que lo que plasman en el papel se rige por un impulso interior, y no por un intento de imitar la realidad o lo que ven, como ocurre después.
De hecho, en esta etapa, encontrar un garabateo de algo real es imposible. Por eso no se recomienda guiar el dibujo del niño pensando que así se le está ayudando a mejorar su capacidad pictórica.
En torno a los 2 años, los garabatos adquieren cierta coordinación: empiezan a hacer círculos, bucles, dibujos de golpeteo divertidos por el sonido… A partir de los 3 van apareciendo nuevos trazados como ondas o círculos más perfectos; su coordinación visual y motora se va desarrollando.
A partir de los 3 años suelen empezar a dar un significado a sus dibujos, aunque en apariencia sigan siendo garabatos. Puede que señale un borrón y diga que esa es su mamá. Así, aunque seguirá haciendo garabatos, estos empezarán a tener una cierta distribución en la página, y su dibujo será algo más meticuloso y controlado que cuando era más pequeño, cuando el dibujo era principalmente caótico. Puede que empiece a envolver unas figuras en otras o a dibujar nuevas figuras cerradas, como el cuadrado.
Tras esto, de los 4 a los 7 años llega el periodo de la representación figurativa. Empieza a descubrir un cierto parentesco entre sus dibujos y lo que ve a su alrededor y va desarrollando más o menos su capacidad de imitar su entorno con el dibujo. Así, empieza a dibujar la figura humana, casas, árboles, coches, flores… Es en esta etapa cuando puedes enseñarle nuevas maneras de dibujar, como añadir rayos al sol, o dibujar la nariz de las personas con un triángulo… Y recuerda dejarle dibujar con libertad, los dibujos son una buena expresión de sus sentimientos y su percepción del mundo.
Fuente: Antonio Machón (2010) Los dibujos de los niños. Ed. Cátedra. http://www.dibujoinfantil.com/
Etapa vital
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