La flema en los bebés es algo muy habitual durante los primeros años de vida y puede considerarse una de las principales visitas al pediatra en los meses de otoño e invierno, aparece incluso sin la presencia de catarros o resfriados. Suele salir por primera vez en bebés de pocos meses de vida e inclusive a los pocos días del nacimiento y se repite hasta más o menos los 6 años con bastante frecuencia.
Aunque no lo parezca, esta flema es “buena” ya que es un reflejo de defensa que genera el sistema inmunológico cuando el cuerpo se ve amenazado por un virus o por la proliferación de bacterias en las vías aéreas, lo que nos indica que las defensas del cuerpo del bebé están activas, lo mismo sucede cuando hay presencia de mocos. Así mismo, debido al tamaño de las vías aéreas, las cuales son muy pequeñas en los bebés, además del desconocimiento por parte de los mismos de poder tragarlas, éstas son expulsadas a través de la nariz principalmente haciendo parecer mayor la cantidad que en la etapa infantil avanzada o adultez.
La flema inicialmente es un tanto acuosa y transparente, llamada “hialina”, luego pasa a ser más densa, blanquecina y finalmente de color amarillo e incluso verde, que no siempre son sinónimo de infecciones; con limpiezas habituales de las vías respiratorias podemos mantenerlas controladas, sin necesidad de acudir a el pediatra.
Has de entender que los bebés no saben expectorar por lo que estas flemas pueden acumularse y ocasionar dificultades para respirar, irritación y molestias al tragar e inconvenientes para respirar sobre todo a la hora de dormir, a todo eso se le suma el hecho de que se produce la flema cuando entran en el cuerpo por la nariz y la boca gérmenes y bacterias, por lo que, si no se expulsan, éstos pueden llegar a proliferar rápidamente generando en algunos casos fiebre causada por virus y la congestión misma pudiera provocar vómitos.
¿Cómo realizar una limpieza correcta y efectiva para eliminar las flemas del bebé?
- Coloca a tu bebe tumbado y volteado ligeramente de un costado.
- Puedes usar agua de mar en spray (de la que venden en las farmacias) o suero fisiológico y rellenar una jeringa.
- Introduce con mucho cuidado la punta en el orificio superior de la nariz y presiona suavemente hasta que se agote el líquido, este pasará a través de su nariz y faringe barriendo la flema hacia el estómago.
- Luego gira al bebé al costado contrario y repite la operación.
Es posible que algo de flema y suero sea expulsado por la boca o el orificio nasal que esté quedando libre por lo que con una gasa perfectamente podrás limpiarla y secarla. Puedes hacer esto dos o tres veces al día, por la mañana, antes de la comida y a la hora de dormir. Si consideras que tu bebé requiere una o dos limpiezas adicionales puedes realizarlas sin problema.
Es recomendable en el caso de los niños con gran producción de secreciones respiratorias, evitar el uso de chupetes, pues por la succión aumentan las presión en el conducto que comunica las vías aéreas con el oído y predispone la formación de otitis. Así mismo, para ayudar a su alimentación, es recomendable realizar estos lavados antes de cada ingesta para que se encuentren despejados.
¿Cuándo acudir al médico por la flema del bebé?
Sabemos que encontrarnos con el bebé congestionado es un poco angustioso, pero la flema por lo general no requiere una visita al pediatra, acude si:
- Si presenta fiebre.
- Si están afectados de forma intensa el apetito y el sueño de tu bebé.
- Si se presentan ahogamientos y dificultad para respirar.
- Si el tiempo de congestión se prolonga por más de 7 días.
Otros detalles a tener en cuenta que pueden ayudar a alejar de tu bebé las flemas son:
- Lavar frecuentemente las manos del bebé, en especial si ha tocado objetos ajenos a él o ha entrado en contacto con otros niños.
- Al bañarlo genera un poco de vapor en el cuarto de baño, esta humedad favorece la lubricación de las mucosas.
- Coloca un humificador en la habitación del bebé.
- Hazle beber agua, es muy favorecedor mantenerlo bien hidratado.
- Ventilar la habitación del bebé y la casa ayudará a que el virus se vaya.
- Acuesta a dormir al bebé de lado, así evitamos ahogos nocturnos
Etapa vital
Referencias
- Asociación Española de Pediatría. Tos persistente. Recuperado de: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/9_4.pdf
- Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria - AGAMFEC. Enfermedades en la infancia. Recuperado de: https://www.agamfec.com/pdf/2018/Unidad17.pdf
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