La inapetencia o falta de apetito es una de las cuestiones que origina más preguntas en las consultas pediátricas. A veces, existe una causa real para que los padres se preocupen pero en otras es normal que los niños coman menos. Existe un periodo que normalmente coincide entre los 1 y los 3 años en el que la velocidad de crecimiento disminuye notablemente. También lo hacen las necesidades nutricionales y energéticas y en consecuencia existe una menor necesidad de comer y menos apetito.
También en niños muy nerviosos la presencia de cambios o inquietud pueden originar inapetencia y rechazo a algunos alimentos.
Sea cual sea la causa la causa de la falta de apetito, te adjuntamos algunas recomendaciones que pueden ser de tu interés:
- Presentar los alimentos de manera divertida, jugando con las formas y los colores, para animar al niño a comer y que sobre todo los de menor edad tomen la comida como un juego.
- Buscar un ambiente sin presiones.
- Establecer un horario fijo para las comidas que ayude a mantener unos correctos hábitos alimentarios.
- El agua tiene cierto efecto saciante. Los niños mal comedores es conveniente que beban entre comidas o antes de las mismas.
- Los niños aprenden imitando a los adultos, comer todos juntos puede evitar que rechacen los alimentos que no les hacen mucha gracias y que empiecen a aceptar los que todavía no han probado.
- El deporte, los juegos… y en general todo el ejercicio físico aumenta las necesidades energéticas y con ello el apetito.
- Buscar alimentos nutritivos que proporcionen mayor cantidad de nutrientes en menor volumen, como por ejemplo, purés de verduras a los que se les ha añadido carne o pescado, y a los que también se les puede añadir alguna cucharadita de leche infantil o, si el niño ya lo ha introducido en su alimentación un trocito de yema de huevo, una compota de frutas y yogur a la que se pueden añadir algunas cucharadas de papilla de cereales o galleta molida... y en el caso de los bebés que aun toman papillas existe la opción de escoger aquellas que están enriquecidas con proteínas lácteas y que por tanto presentan un mayor contenido proteico y energético, como es el caso de Blevit plus Superfibra 8 Cereales con Miel.
También hay que tener en cuenta que en algunos casos, la falta de apetito es una percepción subjetiva y no una situación real. El mejor indicador de que un niño come lo suficiente será que mantiene una buena ganancia de peso y talla, y que sigue una adecuada curva de crecimiento.
Etapa vital
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