A partir de los 6 meses, los bebés pueden tomar quinoa con su fórmula de cereales sin gluten. Esta semilla no es un cereal, se consume de la misma forma que ellos, pero sus propiedades nutritivas y sus posibilidades culinarias son mucho mejores. A partir de la masticación, ofrecérsela a tu hijo en sopas, ensaladas o como guarnición es siempre un acierto.
Consumir quinoa para los peques es todo ventajas: no tiene gluten –al igual que el arroz y el maíz–, es súper nutritiva, sienta bien al estómago –en Sudamérica se utiliza mucho en dietas blandas durante las afecciones de gastroenteritis– y resulta fácil de masticar.
Parece un cereal, pero realmente se trata de nutritivas semillas originarias de la américa andina. Los quechuas la llamaban 'la madre de todos los granos' por sus propiedades, y llevaban razón. Su contenido en proteínas es muy alto –el 18%–, y además contiene aminoácidos esenciales. Es decir, aporta a la dieta de los niños proteínas vegetales sin el peso añadido de grasas saturadas.
Las grasas presentes en este alimento son insaturadas, y muy importantes para el desarrollo infantil, como el ácido linoléico –presente en el aceite de oliva– o el omega-3. Además, tiene minerales como el hierro, el fósforo y el calcio; y también un contenido muy interesante en vitaminas. La relación entre estas, sus proteínas, los hidratos de carbono de absorción lenta, el calcio, el hierro y otros minerales que también contiene lo hace un alimento casi perfecto: ¡el super alimento!
Y es de los pocos vegetales que no necesitan pesticidas para asegurar su producción por lo que fácilmente se puede encontrar quinoa de cultivo ecológico.
Etapa vital
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