La respiración es la base de la relajación y también juega un papel fundamental en el momento del parto. Saber cómo hacerlo en cada fase de todo el proceso evita que la respiración sea acelerada y descontrolada y favorece la fluidez. A continuación, te hablamos más de los beneficios de una buena respiración durante el parto y qué tipos hay.
Beneficios de una buena respiración
La respiración cumple un papel fundamental en la oxigenación de la madre y el bebé durante todo el proceso de parto por los siguientes motivos:
- Ayuda conseguir una mayor relajación corporal.
- Estar más relajada favorece la dilatación, y, por tanto, que el parto fluya más y sea más corto.
- Respirar de manera consciente proporciona un mejor control de las reservas de energía y hace que la madre no se canse tanto y se agote antes de tiempo.
- Está demostrado que una respiración regulada ayuda a calmar y disminuir la sensación de dolor para sobrellevar mejor las contracciones.
- Respirar y estar más calmada también proporciona una sensación de control y seguridad que hace que cada contracción sea más productiva.
La respiración en el parto
Con las primeras contracciones se activa el parto, es el momento de poner en práctica una respiración consciente. Independientemente del tipo que sea, siempre debes asegurarte de que la respiración sea rítmica y profunda para expandir las costillas y el tórax y oxigenarte bien.
Como decíamos anteriormente, en el trabajo de parto se dan diferentes fases y cada una de ellas requiere un tipo de respiración:
- Respiración abdominal o profunda. También es conocida como de bajo vientre de espiración prolongada y consiste en coger aire por la nariz y bajarlo, haciendo que se hinche la barriga y no el pecho. Para comprobar que lo haces correctamente, y no es una respiración superficial, puedes poner una mano en el vientre y otra en el pecho cuando respires, y así notar qué zona se está llenando de aire.
Antes de expulsar el aire haz una pequeña pausa para favorecer la oxigenación y la relajación, y a continuación, exhala de manera prolongada dejando salir todo el aire por la boca.
Esta respiración es la mejor para el inicio del parto con los dolores y molestias de las primeras contracciones.
- Respiración inferior o de jadeo. Con esta respiración debes tomar aire por la nariz y soltarlo por la boca, pero dosificándolo y expulsándolo en pequeñas ráfagas, como jadeando. Para evitar hacerlo de manera descontrolada, la secuencia que se aconseja es el de nariz-boca-boca y repetir manteniendo el ritmo.
La respiración de jadeo se recomienda para aguantar las ganas de pujar si todavía no ha llegado el momento de hacerlo cuando sientas una contracción. Es importante hacerlo estando tumbada o sentada para evitar mareos por hiperventilación.
- Respiración de expulsión o pujo. Para hacer adecuadamente esta respiración, imagina que tu vientre es un globo que debes hinchar poco a poco, así que ve tomando aire por la nariz mediante inspiraciones cortas. Cuando sientas la contracción, comienza a liberar el aire de manera continuada, no de golpe, alargándolo todo lo posible mientras empujas e intentando relajar al máximo los músculos, especialmente los de la pelvis.
Estos son los tipos de respiración para el parto más generalizados y esperamos que te sirvan de orientación para conocer la mejor forma de sobrellevar el dolor y la tensión cuando vayas a dar a luz. Si quieres saber más sobre la respiración y las fases del parto, te recomendamos que acudas a clases de preparación al parto, donde profesionales especializados te darán mucha más información y podrán resolver todas las dudas que puedan surgirte.
Etapa vital
Referencias
- Generalitat de Catalunya. Departament de Salut. Educación maternal: Preparación para el nacimiento. Recuperado de: http://comatronas.es/contenidos/2012/03/textos/Preparacion_para_el_nacimiento.pdf
- Clínica Parc Central. La importancia de la respiración durante el parto. Recuperado de: https://clinicaparccentral.com/respiracion-durante-el-parto/
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