La batalla del champú

La hora del baño acostumbra a ser un momento divertido para los niños, hasta que toca lavar el cabello, es entonces cuando se convierte en todo un reto y puede resultar una tarea más que difícil.

Cuando los bebés son recién nacidos no es necesario utilizar un champú, simplemente basta con el jabón de pH ácido que sirve para la higiene de todo el cuerpo, pero conforme el niño va creciendo, cada vez se ensucia más, especialmente cuando gatea y empieza a andar. Además también le crece el cabello y entonces se hace indispensable el lavado de la cabeza.

Tendremos que lavarle la cabeza tan a menudo como sea necesario, dependerá de la edad del niño y si se ensucia mucho. A esta edad, es normal que el cabello sea fino, y si tiene un cabello con tendencia a graso deberemos lavárselo más frecuentemente.

¿Qué champús debemos utilizar?

A cualquier edad debemos utilizar un champú que no sea irritante, con pH neutro, libres de sulfatos, parabenos o siliconas. Cada vez más, se tiende al uso de tensioactivos más suaves pues el cuero cabelludo y el cabellos de los niños es muy delicado y merece un cuidado especial. En su higiene diaria hay que respetar su fragilidad y ofrecerles productos que laven e hidraten, sin picar los ojos, que desenreden sin dar tirones y que además, traten los posibles problemas de la piel de la cabeza.

Algunos consejos

A continuación, algunos trucos para salir con éxito de la batalla del champú:

• Ante todo, mantén la calma, ponerse nervioso no servirá de nada, solo para crear un ambiente más tenso.
• Procura que el proceso dure el mínimo tiempo posible, tenerlo todo previsto antes de empezar te ayudará: deja la toalla a mano y el champú preparados y comprueba que el agua está a la temperatura adecuada.
• Si el cabello necesita acondicionador, dos buenas opciones para no alargar demasiado el lavado son: usar un acondicionador que no necesite aclarado o utilizar un champú con acondicionador, dos en uno (así te ahorrarás un aclarado extra).
• Al aplicar el acondicionador hazlo de un modo suave, acariciando el cabello, de este modo se enredará menos. A ser posible, desenreda el cabello antes de lavarlo, de este modo se enredará menos. Otra táctica puede ser peinar el pelo antes de aclarar.
• Evidentemente, los cabellos cortos facilitan la tarea del lavado y son más fáciles de manejar.
• Aunque los champús para niños acostumbran a ser suaves, y en principio, no son irritantes, hay niños muy sensibles.
• Procura que sea divertido, se trata de que sea un rato lo más agradable posible y con el mínimo de discusiones o peleas. Puedes aprovechar la ocasión para jugar con la espuma, hacer juegos divertidos. Tener un juguete preferido en la bañera puede ayudar a distraerse de la tarea de lavar el cabello.
• Tápale los ojos para evitar que le caiga champú y agua. Puedes pedirle que lo haga él mismo, ¡incluso puede ser divertido que se ponga gafas de natación infantiles!
• Aclara con la ducha de teléfono, te ayudará a dirigir el chorro de agua a la cabeza.
• Para terminar, debemos siempre secar la cabeza primero con una toalla, luego podemos terminar el secado con el secador, teniendo siempre la precaución de que no esté a demasiada temperatura.

Fuente:

Murkoff H, Mazel S. Qué se puede esperar el segundo año. Barcelona: Planeta; 2016

Asociación Española de Pediatría: En familia. Disponible en:  http://enfamilia.aeped.es/vida-sana/bano-en-ninos