El calcio es el mineral más abundante del cuerpo, es esencial para la salud de los huesos y la formación del esqueleto fetal. Durante el embarazo y en el período de lactancia las necesidades de calcio aumentan y la mamá debe adaptar su alimentación para aportar más cantidad de este compuesto.
El calcio interviene en el desarrollo de los huesos y los dientes. Además participa en procesos de coagulación sanguínea, en la transmisión nerviosa y en el funcionamiento muscular.
La absorción del calcio a nivel intestinal se ve favorecida por la presencia de vitamina D y su metabolismo va muy ligado a otro mineral, el fósforo.
Necesidades de calcio durante el embarazo y la lactancia
Durante el embarazo y en el período de lactancia, los requerimientos de calcio son de 1200 a 1500mg diarios, mayores que en la población adulta, para poder hacer frente a las demandas del bebé que también lo necesita para la formación y desarrollo saludable de sus huesos y dientes.
¿Qué alimentos son ricos en calcio?
La mejor forma de conseguir una buena ingesta de calcio es tomar alimentos que lo contengan en gran cantidad. La leche y los productos lácteos, como el yogur y el queso, constituyen la principal fuente en nuestra dieta. Pero también se encuentra en otros alimentos como las almendras, los garbanzos, las semillas de sésamo tostadas, las espinas que se comen de las sardinas en conserva y de pescado pequeño, y algunas hortalizas como la col, el brócoli y los berros.
Sin embargo, la composición química de los lácteos hace que el calcio que contienen se absorba mejor que el de otros alimentos, y para alcanzar los requerimientos diarios se recomienda comer de 3 a 4 raciones al día de leche o derivados.
¿Qué se considera una ración de productos lácteos?
- 1 vaso de leche de 200ml
- 2 yogures
- 125g de queso fresco o requesón
- 40-50g de queso semicurado
- 2 cucharadas soperas de queso rallado
Si el aporte de calcio a través de la dieta es insuficiente, se moviliza la reserva de la estructura ósea de la madre para cubrir las demandas fetales, y posteriormente para la producción de leche materna. Este hecho producirá una alteración en el estado nutricional de la mujer, que si se mantiene en embarazos seguidos, puede debilitar sus huesos y hacerlos más propensos a las fracturas.
Por esta razón, durante toda la vida, y especialmente en el embarazo y la lactancia, es muy importante mantener una ingesta de calcio adecuada.
Etapa vital
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