En este artículo hablamos de la lactancia prolongada, los beneficios y las consecuencias que conlleva su práctica. A pesar de ello, no es lo más habitual en nuestro país, donde la falta de apoyo social y familiar en el entorno de la madre y la vuelta al trabajo son los dos factores que más influyen en el abandono de la lactancia.
Cada vez son más los organismos y asociaciones que recomiendan el mantenimiento de la lactancia al pecho y reclaman medidas que lo hagan posible. No existe un límite de tiempo para lactar, más allá de lo que madre e hijo decidan.
¿Hasta cuándo dar el pecho?
Esta cuestión se la preguntan muchas madres y trasladan sus dudas al pediatra, a la familia, a las amigas, … ¿Hasta cuándo dar el pecho? ¿Hasta los 6 meses, hasta la reincorporación laboral, hasta que el bebé cumpla un año?
La Organización Mundial de la Salud lo tiene claro: la OMS recomienda mantener la lactancia de forma exclusiva hasta los 6 meses y, combinada con otros alimentos, el tiempo que sea posible.
La decisión de hasta cuándo dar el pecho atañe a la madre y a su hijo, por tanto la lactancia prolongada puede mantenerse mientras ambos lo deseen.
La Encuesta Nacional de Salud de 2017, refleja los datos más recientes sobre la lactancia materna en España. Los datos se refieren al mantenimiento de la lactancia materna exclusiva y son los siguientes:
- A las 6 semanas ….. 73,9%
- A los 3 meses …….. 63,9%
- A los 6 meses ……. 39%
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), ha realizado recientemente un estudio, con lactantes nacidos entre los años 2017 y 2018 a los que se ha seguido durante dos años, con el fin de establecer las características, datos y factores en relación a la lactancia materna, para poder diseñar estrategias favorecedoras a este tipo de alimentación.
Estos son los resultados más significativos:
- En el momento del nacimiento, el 90,7% de las madres habían optado por la lactancia materna.
- A los 15 días, la lactancia materna exclusiva se mantenía en el 66,4% de los casos.
- A los 6 meses, la lactancia materna exclusiva era del 35,2% y la lactancia materna mixta era del 61,7%.
- A los 12 meses, solo el 40,1% de los casos mantenía la lactancia mixta.
- La media de mantenimiento de la lactancia materna es de 6 meses, según el estudio.
Beneficios de continuar con la lactancia
La lactancia materna prolongada conlleva importantes beneficios para la madre y su hijo.
- A partir de los 6 meses, aunque el bebé ya tenga una alimentación diversificada, la lactancia materna es un complemento que le sigue proporcionando calorías, proteínas, vitaminas, minerales y anticuerpos que refuerzan su sistema inmunológico. Algunos estudios concluyen que los beneficios de la lactancia materna prolongada se extienden años después del destete como elemento protector ante enfermedades metabólicas y autoinmunes.
- A medida que el niño crece, dar el pecho se convierte en un momento de apego emocional que le aporta tranquilidad. La lactancia materna prolongada está vinculada, según la AEPED, con un mejor desarrollo emocional y psicosocial, así como una mejor relación con los padres.
- La lactancia es beneficiosa para la madre por muchas razones: previene la depresión postparto y la hipertensión; favorece la recuperación de los órganos internos y ayuda a eliminar los depósitos grasos acumulados durante el embarazo; se relaciona con una aparición más tardía de la menopausia y es un factor de protección ante la obesidad y la diabetes tipo 2 y ante los cánceres de mama y de ovario.
Lactancia prolongada: consecuencias positivas la madre y el hijo
Como hemos citado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para los bebés una alimentación solo con leche materna (exclusiva, siempre que sea posible, o mixta) durante los primeros seis meses de vida para, a continuación, continuar lactando junto a la incorporación de la alimentación complementaria hasta los 2 años de edad. Posteriormente, la lactancia se mantendrá todo el tiempo que la madre y el niño quieran continuar.
La lactancia prolongada comporta consecuencias positivas, tal y como hemos explicado en el punto anterior.
No obstante, aún circulan bulos sobre esta práctica que es importante conocer y desmentir:
- La lactancia prolongada perjudica la salud ósea y dental de la madre. En los siguientes meses tras el embarazo, el organismo de la mujer va recuperando los niveles normales de calcio, tanto si amamanta como si no lo hace. Siempre es recomendable cuidarse y seguir una dieta rica en frutas, vegetales frescos, proteínas y calcio, y mantenerse bien hidratada. Según este estudio, la lactancia materna no se asocia a mayores o menores valores de densidad mineral ósea, a la prevalencia de osteoporosis densitométrica ni a la presencia de fracturas por fragilidad.
- La leche materna no alimenta. La leche materna mantiene sus propiedades durante todos los años de lactancia, aumentando su porcentaje de grasa y satisfaciendo una buena parte de las necesidades calóricas y proteicas que necesita el niño.
- La lactancia materna supone un riesgo ante un nuevo embarazo. Se puede dar el pecho estando embarazada. Solo en los casos que lo aconseje el criterio médico, como ante el riesgo de parto prematuro, se plantea el cese de la lactancia.
La lactancia prolongada, sus consecuencias y beneficios son una opción válida para todas las mujeres que lo deseen. Hasta cuando dar el pecho es una decisión personal que merece el mismo respeto y apoyo que decidir cualquier otra alternativa. Solo requiere un poco más de tiempo y de energía extra, pero mientras sea una experiencia gratificante para ambos, ¡adelante!
Publicado originalmente el 5 de octubre de 2015, actualizado el 19 de marzo de 2024
Preguntas frecuentes sobre extender lactancia
Los efectos secundarios que puede tener la lactancia prolongada en la madre son consecuencias positivas para su salud, como factor de prevención ante la hipertensión, la depresión postparto, la obesidad o el cáncer de mama y ovario.
No hay evidencias de ningún riesgo físico o psicológico en niños mayores de 2 o 3 años que siguen lactando.
Las asociaciones científicas nacionales e internacionales recomiendan mantener la lactancia al menos hasta la horquilla de los doce a veinticuatro meses de edad del niño, sin que exista ningún límite por encima de este periodo.
Solo cuando el criterio médico lo dictamine, cómo ante determinadas enfermedades o infecciones de la madre que puedan suponer un riesgo de transmisión al bebé o ante un riesgo de parto prematuro,en el caso de una mujer embarazada.
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