Las madres, padres y profesores que utilizan el rincón de pensar tienen como objetivo modificar un mal comportamiento de los niños.
“Quiero que te vayas allí y pienses en lo que acabas de hacer”. Mientras señala una esquina, esta es la frase que le dice una madre o un padre a su hijo tras haber cometido una travesura y comenzar una rabieta. El objetivo de la orden es conseguir modificar la conducta del pequeño y para ello se utiliza el conocido como “el rincón de pensar”.
En este artículo, te acercamos las claves de un método cuya utilidad genera mucha controversia. Para diversos especialistas se trata solo de un castigo que no debe usarse por sus diversas desventajas. No obstante, también cuenta con algunos partidarios que defienden su uso siguiendo una serie de indicaciones prácticas.
Técnicas cognitivo conductuales
Cuando se habla de técnicas cognitivo-conductuales se hace referencia a un conjunto de recursos de la psicología que se pueden utilizar en áreas como la educación.
La idea es que la conducta puede ser modificada mediante determinados procedimientos. Para ello resulta fundamental conocer los motivos y pensamientos que conducen a determinados comportamientos. Mediante la intervención se busca reforzar las actitudes adecuadas.
El rincón de pensar: definición y uso
¿Cuál es el objetivo fundamental de la técnica del rincón de pensar? Las madres, padres y profesores que la utilizan tienen como objetivo modificar un mal comportamiento. Para conseguirlo se invita al niño o a la niña a ubicarse solo en un rincón mientras reflexiona sobre su conducta durante un determinado tiempo.
Evidentemente, la técnica no solo se utiliza ubicando al pequeño en una esquina. También se pueden usar otras fórmulas como llevarle a una habitación individual o sentarle en una silla separado del resto de compañeros.
Sea cuál sea el espacio elegido la misión principal es que el niño/a reflexione sobre su actitud. Es precisamente este fin el que suscita la controversia sobre si el rincón de pensar es útil o no.
Desventajas del rincón de pensar
Quiénes defienden este método consideran que el tiempo en el rincón de pensar es práctico para que el niño pueda, por ejemplo, calmarse tras una rabieta y pensar en su actitud. Tras el tiempo apartado será mucho más sencillo que reconozca su error y no repita su mala conducta en el futuro.
Sin embargo, los detractores de esta práctica consideran que se trata de un castigo con pocos resultados positivos. Así lo señala un estudio que desarrolló el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos y destacó sus efectos negativos, sobre todo, a largo plazo.
Una pregunta utilizada por quiénes critican este método es: ¿Puede realmente un niño pensar él solo sobre su mala conducta? La evidencia científica tiene claro que es imposible antes de los dos años porque antes de esa fecha los pequeños no son capaces de reflexionar ni de anticipar conductas.
También la neurociencia ha señalado alguna prueba contraria al rincón de pensar. Según sus evidencias sobre las diferencias entre el funcionamiento del hemisferio derecho y el izquierdo no es muy útil solicitar a un niño que piense en su mala conducta si se encuentra en un momento de enfado o secuestro emocional.
Otras desventajas que se han señalado son:
- Puede provocar problemas de autoestima: El ser enviado a un rincón puede etiquetarse mentalmente como una señal de rechazo que debilita el vínculo afectivo.
- Genera emociones negativas: Miedo, inseguridad, ansiedad, rabia…son algunas de las emociones que pueden tomar el control del interior de la cabeza del pequeño.
- Al ser percibido como un castigo puede derivar en consecuencias negativas y en nuevas malas conductas.
- No ofrece una alternativa de comportamiento: Ubicado en el rincón el niño se tranquilizará pero no estará aprendiendo fórmulas alternativas para gestionar de forma correcta sus emociones y comportarse de una manera adecuada.
Algunas alternativas
Quienes defienden el rincón de pensar si lo consideran útil para conseguir que el niño se tranquilice y reflexione sobre su conducta. Un pensamiento que se vincula con el consejo que da la Asociación Española de Pediatría para calmar una rabieta: “el niño debe tener muy claro que con su rabieta no va a ganar la atención”.
Esta asociación considera que “el tiempo fuera” puede llegar a resultar práctico en algunas rabietas intensas. Eso sí, habla de unas determinadas condiciones obligatorias:
- Que no haya distracciones
- Que el tiempo en solitario no supere los cinco o diez minutos.
- En ningún caso aislar sin explicar los motivos del tiempo fuera.
- No concebirlo como un castigo sino como una técnica para conseguir tranquilidad.
Estas recomendaciones sobre el rincón de pensar o “el tiempo fuera” pueden convertirla en una práctica que sí ofrezca resultados positivos. Algunos teóricos reducen el tiempo de aislamiento a solo tres o cuatro minutos y destacan la importancia de una comunicación fluida sobre el objetivo de ese intervalo.
Una madre puede conversar con su hijo que está teniendo una rabieta y explicarle de manera asertiva que todos tenemos momentos donde podemos perder el control. Ese es el motivo por el que es importante calmarse y para ello va a pasar unos minutos “fuera”. Tras ese intervalo se puede conversar de manera calmada sobre lo que ha pasado, reflexionar sobre las consecuencias de los actos y buscar fórmulas más adaptativas de comportamiento para el futuro.
En el camino para alejar al rincón de pensar de ser sinónimo de un castigo se habla de crear de manera conjunta entre padres e hijos un espacio de pensamiento. Este puede ser cualquier lugar de la casa que sirva de refugio en el que calmarse tras una rabieta.
En resumen, como ocurre con la mayoría de estrategias educativas estas pueden resultar o no útiles según el contexto. El rincón de pensar es una fórmula en cuyo formato más tradicional los expertos coinciden en su poca utilidad práctica. No obstante, si se aplican algunas adaptaciones si puede acabar ofreciendo algunos resultados positivos.
FAQs sobre Rincón de pensar
El rincón de pensar es una técnica de modificación de conducta que pueden utilizar madres y profesores con el objetivo de conseguir tranquilizar a sus hijos en un momento de rabieta. Para ello, se manda al niño o a la niña a un rincón donde esté solo.
Se atribuye la invención del rincón de pensar al psicólogo estadounidense Arthur W.Staats que desarrolló la mayor parte de su carrera en el área del conductismo.
La técnica del rincón de pensar también suele recibir otras denominaciones como “el rincón de la calma” o “el tiempo fuera”. Todas ellas comparten el mismo funcionamiento.
Todos los expertos coinciden en que esta práctica no es efectiva, en ningún caso, antes de los dos años. Hasta esa edad los niños no tienen la capacidad de controlar sus impulsos y tampoco pueden reflexionar sobre su actitud.
Etapa vital
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