Que tu bebé recién nacido manche el número suficiente de pañales –entre seis y diez diarios– es sinónimo de que está ingiriendo y asimilando los nutrientes que necesita en su dieta. Te damos las claves para saber si todo va bien en sus primeros ritmos intestinales.
Con los bebés es muy difícil calcular si están comiendo lo que deben, sobre todo si toman el pecho. Muchas madres se guían por los pañales que mojan para cerciorarse, pero estos también cambian de un niño a otro, sobre todo durante las primeras semanas de vida, en las que el recién nacido va adquiriendo su propio ritmo.
Hasta los tres meses, los niños suelen hacer pis después de cada toma; es decir, manchan entre seis y diez pañales diarios. Respecto a las caquitas, son normales unas cuatro al día, aunque también es habitual, sobre todo en los recién nacidos, que hagan una deposición después de cada toma debido al reflejo gastrocólico, y muchos niños de pecho no defecan todos los días, lo cual no quiere decir que tengan estreñimiento, sino que su ritmo es así.
Para asegurarte de que todo marcha y que no se le irrite el culete, mira el pañal cada dos horas. Presta especial atención a los cambios de ritmo y no te alarmes por el que naturalmente tenga tu bebé –aunque sea diferente al que te comenten otras madres–. Y ten en cuenta que en verano o si hace calor, por el sudor, manchará menos pañales que en tiempo frío. Pero, sobre todo, no te obsesiones contando pañales: si tu hijo no está ingiriendo suficientes líquidos lo notarás porque el pis cambiará de color e incluso de olor.
Etapa vital
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