Cómo educar a tu hijo sin gritos

  • 2 de Agosto del 2018
  • 2 min de lectura

Aunque a veces resulte complicado no gritar a nuestros hijos cuando nos desobedecen, se enrabietan o se portan mal, debemos evitar los gritos al reñirles ya que está demostrado que esta forma de educarles es perjudicial para su desarrollo.

Seguro que, más de una vez, tu hijo te ha sacado de tus casillas y has acabado gritándole a pesar de que te habías prometido no hacerlo. Pero si bien esta actitud es totalmente normal ya que el comportamiento de los niños a veces puede resultar complicado por sus enfados, sus rabietas y sus constantes retos, no debemos caer en los gritos por muy mal que se porten ya que esta forma de educarles no solo no sirve de nada, sino que además puede causarles una serie de perjuicios si lo convertimos en frecuente:

1- Los gritos dañan la autoestima y minan la confianza en sí mismo.

2- Educarse en un ambiente de gritos constantes hace que el niño replique esa actitud con sus compañeros de clase u otras personas y recurra a los gritos y la violencia.

3- Es un tipo de violencia psicológica hacia los niños.

4- Puede causar bajo rendimiento escolar.

5- Contribuye a que los niños mientan para evitar los gritos.

6- Los gritos solo son efectivos en un primer momento, pero si se vuelven habituales, no tendrán efecto ninguno en su obediencia.

7- Los gritos pueden aumentar el estrés y la ansiedad del niño.

8- Enrarecen la convivencia familiar y dificultan la comunicación.

9- Los gritos no ayudan a que el niño entienda lo que se le dice.

10- Gritar provoca agresividad.

Por todo ello, debes proponerte muy en serio y intentar evitar gritar ni una sola vez a tu hijo para que no se acabe convirtiendo en una rutina. Háblale siempre en un tono calmado y claro, te entenderá mejor y ayudarás a que él también hable así y no grite.

Cuando estés muy nervioso o alterado, salte un momento a otra habitación, respira hondo y cuenta hasta 10 antes de volver y regañarle.

Intenta entender por qué tu hijo ha hecho algo o se comporta de cierta manera, detrás de su desobediencia normalmente se encuentra un problema o falta de comprensión. Lo mejor, antes de castigar o acusar, es averiguar qué pasa.

 

 

Fuente:

- Carrobles, José Antonio; Pérez-Pareja, José (2008), Escuela de padres. Guía práctica para evitar problemas de conducta y mejorar el desarrollo infantil, Madrid, Ed, Pirámide.

Únete al Club familias Únete al Club familias

¿Te ha gustado este contenido?

Etapa vital

Deja un comentario

Para poder comentar accede a tu cuenta. Si aún no formas parte del Club familias, únete.

Este sitio utiliza cookies propias y de terceros. Algunas de las cookies son necesarias para navegar. A su vez, nosotros y nuestros socios utilizamos cookies con fines analíticos y de medición del uso de nuestra web, que nos permite almacenar, acceder y procesar datos personales como su visita en este sitio web.

Para habilitar o limitar categorías de cookies accesorias,  haz click en Personalizar la configuración y para obtener más información accede a nuestra Política de Cookies.