Es frecuente la aparición de varices en el embarazo debido al aumento del volumen de sangre, los cambios hormonales, la presión del útero sobre las venas abdominales… Un problema que se debe evitar ya que pueden causar pesadez en las piernas, picor e incluso dolor.
¿Por qué aparecen las varices?
Las varices son dilataciones de las venas provocadas por un trastorno circulatorio. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque lo más habitual es que salgan en las piernas ya que el retorno circulatorio hacia el corazón en las piernas es más complicado al tener que luchar contra la fuerza de la gravedad.
Su aparición es más frecuente en ciertos trabajos en los que hay que estar mucho tiempo de pie durante el embarazo. En este último caso se debe a la presión que ejerce el útero sobre las venas abdominales, haciendo que la circulación sanguínea de las piernas sea más difícil, el peso del mismo sobre las piernas, los cambios hormonales que disminuyen la elasticidad de la piel o el aumento del volumen de sangre en estos meses.
Asimismo, hay mujeres más propensas genéticamente a tener varices y, como decíamos, el estar mucho tiempo de pie aumenta las posibilidades de que salgan varices en las piernas.
Las varices no son un problema simplemente estético, también pueden causar dolor, pesadez y picor en la zona en la que salen.
¿Cómo prevenirlas?
A veces, las varices que surgen en el embarazo desaparecen unos meses después del parto, pero otras veces se quedan para siempre y la única manera de eliminarlas es mediante cirugía. Por eso, lo mejor es prevenir:
- No uses ropa ajustada y evita los zapatos con mucho tacón.
- Usa medias especiales para embarazadas.
- Aleja de las piernas de las fuentes de calor directas como estufas.
- Al ducharte, alterna los chorros de agua fría y caliente y evita los baños de inmersión en agua caliente durante mucho tiempo.
- Duerme con las piernas ligeramente elevadas, por encima del nivel de la cabeza.
- Al descansar en el sofá, siempre con las piernas en alto.
- Haz ejercicios regulares para favorecer la circulación.
- Bebe unos dos litros de agua al día.
Fuente:
- Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Ed. Nautilus.
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