Evitar la sobreprotección

Son muchos los padres que temen criar niños sobreprotegidos y que se preguntan cómo encontrar el equilibrio que les permita ofrecer seguridad a sus hijos sin sobreprotegerlos.

Si quieres averiguar qué significa sobreproteger a los niños y cuáles son las consecuencias, así como aprender a evitarlo, sigue leyendo. 

Niños sobreprotegidos versus niños seguros y autónomos

Los niños deben crecer en un ambiente de libertad e independencia en el que se les den las claves y recursos para enfrentarse a las posibles dificultades de la vida. 

Un ambiente así, junto con el apoyo de sus padres y referentes adultos, permitirá que se desarrollen como personas seguras y autónomas.

Ahora bien, deben existir ciertos límites para no caer en el error de crear un ambiente burbuja que proteja de todo y de todos a nuestro hijo o hija.

En ese caso caeríamos en la sobreprotección, lo cual implica un cuidado excesivo de los niños que va más allá de sus propias necesidades y que les impide vivir cualquier desafío o situación mínimamente complicada.

Sobreproteger a los niños supone una dedicación y preocupación absoluta hacia los menores que puede terminar haciendo que se desarrollen como personas dependientes y vulnerables ante cualquier dificultad.

Todos los padres en algún momento han sobreprotegido a sus hijos, por ejemplo, ante una determinada situación que les causa una preocupación mayor a la habitual. 

Cuando se trata de algo puntual o circunstancial no va a desembocar en unos niños sobreprotegidos y vulnerables. 

El problema surge cuando esta práctica tiene lugar de manera generalizada y guía la educación de los niños, ya que en ese caso sí puede tener consecuencias muy negativas en las siguientes etapas de su desarrollo.

¿Qué supone la sobreprotección?

Las personas tienen que aprender a gestionar la frustración, a superar las dificultades y a ser conscientes de que sufrir o pasarlo mal son sentimientos que van a aparecer inevitablemente en algún momento de la vida. 

Aunque a priori no nos lo parezca, sobreproteger a los niños no les va a reportar mayor felicidad. 

Al contrario, los pequeños que no han estado expuestos a ninguna dificultad se vendrán abajo ante cualquier contratiempo que experimenten en la edad adulta.

Es decir, proteger a los niños en exceso, impidiendo que se vean expuestos a cualquier dificultad, hará que en el futuro: 

• Sean incapaces de tomar decisiones y resolver cualquier situación que se salga de su rutina establecida; 
• Tengan tendencia al negativismo y la depresión; 
• Experimenten una falta de autoestima y sentimientos de inseguridad;
• Manifiesten una timidez excesiva y dificultad para entablar relaciones sociales; 
• Y que tengan miedos infundados, entre otros aspectos negativos.

¿Estoy sobreprotegiendo a mis hijos?

En la mayoría de los casos los padres sobreprotectores no se consideran como tal o no se dan cuenta de lo que están haciendo. 

Muchas veces obedece a sentimientos de inseguridad que tienen los propios padres y que acaban transmitiendo a sus hijos. 

De hecho, hay varios casos donde la sobreprotección está más generalizada y se relaciona con las experiencias de los padres, por ejemplo:

• Cuando los niños padecen algún tipo de enfermedad.
• Si los padres tuvieron una mala infancia por falta de afecto y atención (no quieren que sus hijos pasen por lo mismo).
• En familias con hijos adoptivos.
• Cuando la maternidad y paternidad llega a edades avanzadas.

Por tanto, para evitar la sobreprotección en primer lugar tendremos que saber qué es y aprender a identificarla. 

Además, en el caso de que ya estemos sobreprotegiendo a los niños, será crucial darnos cuenta y rectificar. 

Es importante que desde la infancia se guíe a los niños para que aprendan a crear estrategias que les ayuden a enfrentarse a las posibles dificultades y a desenvolverse en su vida diaria. 

Esto significa que la función de los padres será la de guiar y respaldar a los niños cuando surjan los problemas, pero no resolverlos por ellos o evitar que tengan que enfrentarse a los mismos.

¿Cómo fomentar la autonomía y evitar la sobreprotección?

Para no criar niños sobreprotegidos podemos poner en práctica algunos consejos que nos ayudarán a evitar caer en la sobreprotección y a fomentar su autonomía:

• Es importante marcar ciertos límites para que aprendan que no pueden hacer todo lo quieran y cuando quieran.
• Deben asumir ciertas responsabilidades y tareas de acuerdo a su edad. Los padres no pueden asumir las obligaciones propias de los hijos.
• Hay que abandonar las preguntas constantes y el control exhaustivo. Una preocupación excesiva por su salud, bienestar o sentimientos puede causar inseguridad y miedo o propiciar sentimientos de rechazo entre los menores.
• También será importante fomentar su sociabilidad con otros niños para que aprendan a relacionarse y a respetar las normas de convivencia. Además, que realicen actividades fuera del entorno paterno favorecerá su autonomía y les permitirá conocer nuevas perspectivas.

Por supuesto, debemos proporcionarles ayuda en caso de que tengan un problema, pero siempre dejando que lo resuelvan ellos mismos.

Además, tendremos que otorgarles cierta libertad y flexibilidad a la hora de tomar decisiones, aunque siempre acorde a su madurez.

Por último, debemos escuchar los sentimientos y preocupaciones de los niños, pero sin excedernos en nuestra compasión y consuelo, pues esto solo hará que los niños consideren que el problema es más grave de lo que en realidad es.

En definitiva, tenemos que permanecer cerca y apoyarlos, proporcionándoles las herramientas necesarias para que puedan enfrentarse a los desafíos de la vida, no solo en la infancia, sino en su futura vida adulta.