La importancia del perímetro craneal de tu bebé

El perímetro craneal del bebé se comienza a medir ya antes de su nacimiento, y se sigue controlando en la consulta del pediatra durante los primeros años de vida, pero ¿por qué es tan importante? Te explicamos la importancia del perímetro craneal del bebé en este post. 

¿Qué es el perímetro craneal?

Conocemos como perímetro craneal o perímetro cefálico la medida media del contorno de la cabeza. Desde que un bebé llega al mundo, se recoge este dato, al igual que su talla y peso en cada una de sus revisiones médicas. Se mide con una cinta métrica, pasándola por encima de las orejas y las cejas, justo en la parte más ancha del cráneo.

¿Cómo evoluciona el perímetro craneal del bebé?

Los bebés recién nacidos tienen el cráneo flexible para atravesar el canal del parto y soportar toda la presión que reciben los huesos de la cabeza. Las diferentes placas que conforman el cráneo del bebé se van soldando con el paso del tiempo y los huecos que hay entre ellas reciben el nombre de fontanelas.

En el momento del nacimiento, la cabeza de un recién nacido suele medir unos 2 cm menos que el perímetro de su caja torácica. La cabeza irá poco a poco aumentando de tamaño e igualará al tórax, hasta que, en algún momento entre los 6 meses y los 2 años, el perímetro torácico superará al craneal.

Gran parte del crecimiento de la cabeza se produce en los primeros 2-3 años de vida porque es cuando se realiza el mayor aumento de conectividad neuronal. A continuación, te indicamos cuál suele ser la progresión de crecimiento media del perímetro craneal, pero como siempre decimos, cada niño evoluciona de manera diferente:

• De 0 a 3 meses. Crecimiento de unos 2 cm al mes.
• De 3 a 6 meses. Crecimiento de 2 cm al mes.
• De 6 a 12 meses. Crecimiento de 0’5 cm al mes.

¿Por qué es tan importante el perímetro craneal?

El dato del perímetro cefálico es un indicativo vital para los profesionales sanitarios sobre la salud del bebé porque refleja la evolución del crecimiento cerebral, y, por tanto, todos los aprendizajes y todas las funciones cerebrales que el pequeño va adquiriendo.

El ser humano nace con un neurodesarrollo muy primitivo, teniendo desarrolladas las funciones vitales, pero apenas trazadas las funciones cerebrales que irán evolucionando conforme el pequeño vaya interactuando con su entorno. Esta interacción continua hace que se vayan dando nuevas formaciones neuronales que se irán estableciendo como redes sólidas que hacen que puedan adquirir hábitos, haciendo posible que cada vez tengan una mayor autonomía.

El exhaustivo control por parte de los médicos se debe a que, si el crecimiento fuera demasiado acelerado para su edad, o demasiado lento, podría indicar que existe algún tipo de anomalía. Los pediatras disponen de tablas con valores promedio que les ayudan a confirmar, teniendo en cuenta también el sexo y la talla del bebé, que todo está dentro de la normalidad, o si es necesario realizar algún tipo de prueba para descartar cualquier patología.

De igual modo, y para la tranquilidad de madres y padres, hay que destacar que los bebés suelen tener una cabeza grande en comparación con su cuerpo, por lo que, llevando todas las revisiones pediátricas al día, no debes preocuparte si adviertes que tu hijo tiene una cabeza de mayor proporción. Además, la genética también juega un papel importante, por lo que para determinar si un niño en concreto tiene una cabeza grande o pequeña, hay que tener en cuenta los rasgos familiares y compararlo con sus padres.

Ahora que ya sabes para qué sirve el dato del perímetro craneal, te será mucho fácil entender por qué debe medirse en cada revisión, aunque es posible que a tu bebé no le haga demasiada gracia cuando le ponen el metro en la cabeza.