El juego de imitación: qué es y cómo practicarlo con tu hijo

El juego de imitación es una herramienta de aprendizaje con un gran potencial porque aúna dos de los elementos clave en el aprendizaje infantil: la imitación y el juego.

Por un lado, la capacidad de imitación es una característica propia del ser humano: los niños empiezan a imitar a sus padres desde el primer mes de vida. 

Por otro lado, los niños desarrollan la conciencia de sí mismos y descubren el mundo y su relación con él a través del juego. 

Los padres, al igual que los maestros, pueden utilizar estas dos capacidades naturales de los niños, coordinando ambas, para ayudarles a desarrollar su personalidad, el lenguaje y la imaginación, y adquirir habilidades cognitivas, sociales, motoras, emocionales, lingüísticas e intelectuales.

Te explicamos cómo se produce el mecanismo del aprendizaje por imitación, las capacidades que fomenta y algunos juegos que puedes realizar con tu hijo en casa para que aprenda divirtiéndose. 

¿Qué es el juego de imitación o simbólico?

El papel del juego es fundamental en la infancia. La actividad de jugar es necesaria para el desarrollo intelectual y emocional del niño, a la vez que estimula su creatividad y le ayuda a madurar. 

El juego de imitación o juego simbólico es especialmente significativo. A través de este tipo de juego, el niño crea su propia realidad en la que representa diferentes roles que ha observado en su entorno, en un contínuo aprendizaje en que va asimilando y comprendiendo el mundo que le rodea.

¿Cómo se produce el aprendizaje por imitación?

Mediante la imitación, el niño copia las conductas cotidianas que observa y las desarrolla a su manera, personificando los gestos, acciones, expresiones y actitudes de los adultos.

Para ello, el niño debe haber desarrollado las capacidades necesarias:

• Atención
• Adquisición
• Retención
• Motivación

El niño observa el entorno y presta atención a las situaciones y conductas que se desarrollan en su entorno; es capaz de percibir y comprender lo que sucede y memorizarlo para poder reproducirlo.

A través de este proceso de imitación tiene lugar el aprendizaje. La motivación para repetir la conducta dependerá de lo que suceda tras la imitación. Si el resultado es positivo, el niño seguirá imitando la conducta, pero si el resultado es negativo no lo hará.

Por ejemplo, si un niño sentado en la trona tira un juguete al suelo y siempre se le devuelve, repetirá esta conducta una y otra vez. Si por el contrario, a la segunda o tercera vez se le regaña y no se le devuelve, dejará de hacerlo. 

La importancia del modelo

Dado que el niño imita las conductas de los padres y adultos que le rodean, es fácil entender la importancia del modelo. Sin embargo, no son conscientes de lo que es correcto y lo que no, por tanto, es tarea de los mayores enseñar con el ejemplo e intentar evitar palabras, gestos o hábitos que no queremos que el niño haga suyos.

Para ayudarle a desarrollar el proceso de imitación que después el pequeño reproduce en sus juegos, es bueno fomentar el aprendizaje con actividades adecuadas como las que te proponemos más adelante. 

Observar sus juegos, sin interrumpirlo, permite comprender al niño y descubrir cómo va desarrollando diferentes capacidades. Por medio del juego, el niño va entendiendo el funcionamiento de lo que le rodea, lo que puede o debe hacer y lo que no, y lo asimila acomodando lo que imagina con la realidad, dando salida a sus deseos, inquietudes, miedos y necesidades. 

¿Qué aprendizajes adquieren?

A través del juego de imitación, el niño adquiere múltiples aprendizajes en ámbitos muy diversos. Estos son sus beneficios:

• Favorece la interiorización, la comprensión y la adaptación a la realidad de su entorno.
• Es fundamental en el desarrollo emocional e intelectual.
• Contribuye al desarrollo de la empatía y adquisición de buenos hábitos y valores.
• Fomenta la temprana adquisición de habilidades sociales.
• Impulsa la creatividad y la imaginación.
• Favorece el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
• Ayuda al desarrollo de la motricidad.

Juegos que podéis realizar en casa

Además de dejar que el pequeño juegue solo y se invente sus propias historias, le encantará compartir con los padres y otros familiares algún juego de imitación. Te sugerimos algunos:

• El juego de señalar. El pequeño se sitúa delante de un espejo y señala las distintas partes de su cuerpo (cabeza, ojos, nariz, manos, pies, …). Según su edad, podemos decir el nombre de una parte para que la señale o pedirle a él que la nombre mientras la señala.
• Gesticular con canciones y poemas. Los gestos son grandes aliados para ayudar a la comunicación. Busca poemas y canciones que animen a seguir las frases con gestos de la cara y el cuerpo. 
• El juego del tren. Consiste en representar la creación de un tren entre varios niños. Es un juego idóneo para desarrollar la psicomotricidad.
• El juego de las profesiones. Un clásico de los juegos de imitación. Los niños asumen un rol (mecánico, médico, cocinero, peluquero, bombero, …) y representan al personaje realizando las actividades correspondientes a la profesión. 
• Imitar a distintos animales. Con fotos o dibujos de animales, la persona adulta reproduce el sonido de un animal en concreto y el pequeño ha de imitar el sonido e incluso decir el nombre del animal.

Consejos para los padres

Los padres son el primer modelo de los niños en su proceso de aprendizaje. A través del juego, los niños aprenden de manera práctica competencias en todos los ámbitos de su desarrollo. Os dejamos algunos consejos para que este desarrollo se dé de forma positiva:

• Ser un buen modelo a imitar
• Tener una actitud positiva
• Promover los juegos de imitación
• Facilitarle materiales (telas, cajas, …) y juguetes adecuados a su edad que le ayuden a desarrollar sus historias
• Jugar con ellos y estimular su imaginación
• Procurar que interactúen con otros niños (amigos, primos, en el parque, …)
• Respetar su juego sin interrumpirle. El niño crea su propia historia y no debemos privarle del desenlace

Los juegos de imitación son un gran aprendizaje para los pequeños. Como hemos explicado, desarrollan su personalidad y la adquisición de habilidades y competencias que les preparan para la vida. Fomentar estos juegos y participar en ellos es una divertida y provechosa forma de compartir tiempo juntos.