Nutrición en la adolescencia

  • 20 de Enero del 2017
  • 2 min de lectura

En la adolescencia se produce un importante aumento de la masa muscular, masa ósea, volumen sanguíneo y peso corporal, aspectos muy relacionados con el aporte de determinados nutrientes y los requerimientos de energía que vendrán condicionados además por el ejercicio físico. Estas necesidades varían en función del sexo y del momento en que se produce el estirón puberal.

 

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Los requerimientos calóricos son superiores a los de cualquier edad, incluso de un adulto. Hasta los 11 años son iguales para ambos sexos y a partir de esa edad las recomendaciones de energía son superiores para los chicos, debido a la diferente evolución del crecimiento y desarrollo corporal (los chicos desarrollan proporcionalmente más musculatura).

El rápido crecimiento exige un elevado aporte proteico para formar nuevos tejidos y estructuras corporales, que también es superior en los niños a partir de los 14 años. Las proteínas deben ser de fuente vegetal y animal, potenciando el consumo de legumbres frente al de carne.

Las necesidades de vitaminas también se ven incrementadas, especialmente las vitaminas del grupo B, la vitamina D que interviene en el crecimiento óseo, la vitamina A que es fundamental para la visión, y la vitamina C que mejora la absorción del hierro y es esencial para la síntesis de colágeno.

Entre los minerales el calcio, el hierro y el zinc son fundamentales en la adolescencia. El aporte de calcio es muy importante para alcanzar una buena masa ósea y prevención de osteoporosis en edades avanzadas. Son necesarios entre 1200-1500 mg/día en ambos sexos. La necesidad de hierro aumenta con la edad y se requiere un mayor aporte en las niñas debido a las pérdidas menstruales. El zinc está implicado en el crecimiento y maduración sexual durante la pubertad, hay que asegurar una ingesta adecuada de este mineral que será superior en los chicos.

La alimentación en la adolescencia debe proporcionar un crecimiento adecuado sin déficits nutricionales. En esta etapa se consolidan los que, en un futuro, reducirán el riesgo de enfermedades relacionadas con la dieta como la obesidad, la osteoporosis, la hipertensión y la hipercolesterolemia.

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Etapa vital

Referencias

  • Sra. Anna Paré Vidal. Farmacéutica y dietista nutricionista. Formación y asesoramiento en alimentación, nutrición y complementos alimenticios. Rescatado de: https://nutresalut.com/blog-nutricion/

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