Escrito por Sonia March y Mónica Peitx
Fast-food, comida rápida, comida basura, son nomenclaturas utilizadas para referirse a unos alimentos que se preparan y consumen en muy poco tiempo. Generalmente sin cubiertos, de pie y en envases de plástico o cartón.
Establecimientos de fast-food están repartidos por todo el territorio y suelen ofrecer rapidez en el servicio, horarios amplios y precios económicos.
En España hay cerca de 3.000 locales de este tipo y el número sigue creciendo.
Se puede decir que el fast food tiene dos tipos de influencias:
- La de cultura anglosajona: hamburguesas, patatas fritas, salsa de todo tipo (kétchup, mostaza, mayonesa, etc) salchichas, donuts, fish and chips, entre otras.
- La de procedencia mediterránea: tapas, pinchos, pizzas, kebabs…
Como vemos, ni la procedencia ni los ingredientes son iguales en este tipo de alimentos.
Pero reúnen características semejantes en cuanto a la densidad energética, ya que tienen un contenido muy elevado en grasas (grasa saturada y colesterol) y azúcares de absorción rápida. También contienen un elevada cantidad en sal, y reducida en vitaminas y minerales.
Sin contar que llevan poca fibra, a parte que el contenido calórico suele aumentar más con el consumo de acompañamientos tipo patatas fritas, refrescos azucarados, bollería y alcohol.
Con tan sólo una comida fast-food se ingiere más de la mitad de la energía diaria necesaria. Factor que también justifica el aumento de la obesidad a escala mundial.
Este tipo de comida suele estar frita, empanada o rebozada resultando en digestiones más difíciles. En general llevan condimentos fuertes o aditivos para potenciar el sabor, estimulando el apetito. Con el tiempo y un consumo continuado alteran la percepción del sentido del gusto y crean hábito.
Son muchos los factores negativos y perjudiciales de la “comida basura”. Pero hay que aclarar que su consumo esporádico no supondrá ningún inconveniente para la salud, siempre que no se convierta en un hábito ni sustituya a alimentos básicos. Una buena opción es acompañarlos con agua y ensaladas. Así disminuiremos las calorías y ayudaremos a una mejor digestión.
Actualmente hay una nueva tendencia en muchos países, principalmente en Inglaterra y países nórdicos, de establecimientos a pie de calle donde se ofrece alimentos más saludables y ecológicos.
Esta podría ser una opción cuando no tenemos tiempo para una comida o nos apetece comer algo de este tipo. También son comidas rápidas, pero con ingredientes más naturales y de calidad. Pizzas vegetales, empanadillas ecológicas, sándwiches bajos en grasas, son características de este “nuevo fast food”.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el “fast-food” de estilo mediterráneo o árabe, por sus características nutricionales, se considera más saludable que la de estilo anglosajón.
En los países mediterráneos es posible escoger una comida rápida, con ingredientes locales y de temporada característicos de nuestra gastronomía. En muchos locales se puede encontrar un “fast-food” hecho con aceite de oliva, adornado con jamón ibérico y acompañado de vegetales como el tomate o pimiento.
Dra. Mònica Peitx i Triay
Pediatría y Endocrinología Pediátrica
Coordinadora Área Pediátrica
CP Endocrinología y Nutrición
Etapa vital
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