La habilidad del lenguaje se aprende de forma natural y casi instintiva antes de los ocho años, así que lo mejor para que nuestro hijo sea bilingüe es introducirle los dos idiomas en su vida diaria desde su nacimiento.
Desde que nacen hasta los ocho años el cerebro de los niños goza de su máxima plasticidad, por eso es el momento adecuado para enseñar a los niños más de una lengua para que asuma ambas como propias. Cuando son muy pequeños apenas tienen que esforzarse para aprender dos lenguas a la vez, si en casa se hablan dos idiomas distintos, el niño los asimilará prácticamente de manera instintiva.
Si los padres han decidido educar a sus pequeños como bilingües lo mejor es empezar cuanto antes. El cerebro de los bebés nace con millones de células encargadas de controlar la habilidad del habla que según van escuchando un idioma se van conectando entre ellas de manera natural y sin dificultad para conformar el lenguaje. A los 10 años, estas células ya estarán perfectamente engranadas unas con otras concluyendo una de las fases más importantes del desarrollo humano. A partir de esta edad la habilidad de aprender un idioma ya no se hará de manera intuitiva sino a través de un proceso de aprendizaje que conllevará mucho más tiempo y esfuerzo. Por tanto, lo mejor es aprovechar la capacidad con la que nacen los niños e introducirles más de un idioma a la vez antes de que se consolide esta habilidad (entre los 8 y 10 años).
Para fomentar el bilingüismo entre los niños pequeños hay dos opciones: que los padres hablen con el pequeño cada uno en un idioma (suele ocurrir en matrimonios de distinta nacionalidad o en casos en que los padres también son bilingües); o llevar al niño a guarderías y colegios con un proyecto de educación basado en el bilingüismo.
Ventajas
Fomentar el bilingüismo desde edad temprana supone grandes ventajas:
- Aprender dos idiomas de forma simultánea potencia la capacidad de atención y de cambiar de tarea de una manera más rápida y eficaz.
- Los niños bilingües tienen mayor predisposición para aprender un tercer idioma.
- El acceso a dos culturas diferentes enriquece la educación de los pequeños y fomenta un mejor entendimiento de la diversidad cultural.
- De cara a un futuro, manejar más de un idioma brinda mayores oportunidades laborales.
Fomentar el bilingüismo desde casa
Según opinan los expertos, lo mejor para que un niño pequeño aprenda más de un idioma es que cada uno de los padres le hable en una lengua diferente desde que nace pues para alcanzar niveles nativos son necesarios numerosos estímulos lingüísticos.
Si en casa no existe la posibilidad de que cada padre le hable en una lengua diferente, habrá que llevar al niño a un centro educativo con un proyecto bilingüe, pero si tampoco hay esta posibilidad, existe la opción de las academias bilingües o de las cuidadoras nativas. Además, aparte de las horas de clase, podemos ayudarle desde casa con algunos trucos:
- Podemos darle libros o cuentos en los dos idiomas que está aprendiendo.
- También son buena opción las películas en versión original o las series y dibujos animados que se emiten en otros idiomas. Lo mismo ocurre con la música, habrá que poner canciones o animarle a cantar en todos los idiomas que está aprendiendo.
- Las niñeras que hablen el idioma que queremos que aprenda son un gran refuerzo, preferiblemente han de ser nativas. Pueden practicar juegos con él o simplemente mantener conversaciones.
- Si el segundo idioma es el inglés, encontraremos numerosas actividades para niños que lo están aprendiendo: cuenta-cuentos, teatros, talleres…
- Cuando el niño sea más mayor podemos enviarle de viaje al extranjero a realizar cursos de inmersión.
Etapa vital
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