Si estás embarazada, o conoces a alguien que lo haya estado recientemente, seguro que sabes que hay ciertos alimentos que no se pueden tomar durante el embarazo para evitar la toxoplasmosis. En este post te explicamos qué es exactamente, qué riesgos implica, cómo se transmite y cómo prevenirla.
Definiendo la toxoplasmosis
Se trata de una enfermedad infecciosa originada por un parásito llamado toxoplasma gondii, uno de los parásitos más comunes. Su ciclo vital es bastante complejo y los humanos, junto a otros animales como cerdos u ovejas, son huéspedes intermediarios. El huésped definitivo es el gato o alguna otra especie felina.
En personas con un sistema inmunitario adecuado, esta infección puede pasar totalmente desapercibida, o como mucho confundirse con una gripe, pues sus principales síntomas son: febrícula, malestar general, ganglios en la zona cervical y falta de energía.
Toxoplasmosis en el embarazo
Lo que puede quedar como una simple infección, durante la gestación puede implicar riesgos mayores porque el parásito puede alcanzar la placenta y llegar al bebé. Si esto sucede, las consecuencias pueden ser muy graves; muerte del feto, pérdida de la visión o discapacidad intelectual.
Hay que evitar contraer la toxoplasmosis durante toda la gestación, pero especialmente al principio, pues sus efectos en el bebé serían mayores.
En cuanto a cómo afecta a la madre, la toxoplasmosis no supone nada grave y puede pasar desapercibida o provocar síntomas que concuerdan con una leve gripe como dolor de cabeza, malestar general y cansancio.
Si antes de quedarte embarazada te han confirmado que has sufrido esta infección, debes esperar al menos 6 meses antes de buscar un embarazo.
¿Cómo se transmite la toxoplasmosis?
Durante mucho tiempo se ha señalado como principal vía de transmisión la convivencia con gatos, pero en realidad, la gran mayoría de contagios se producen de la siguiente manera:
- Consumiendo verduras y frutas sin lavar o mal lavadas.
- Comiendo carne cruda o poco cocinada, especialmente de cerdo, cordero y vacuno.
- Tomando lácteos que no hayan sido pasteurizados previamente.
- Bebiendo agua que pueda estar contaminada.
- Por transferencia si usas cuchillos o utensilios que previamente se hayan empleado para cortar o tratar alimentos contaminados.
- Si estás en contacto con zonas de tierra en la que haya gatos o si manipulas su arenero para limpiarlo de heces.
¿Se puede prevenir?
Al inicio del embarazo se realiza un análisis en el que se comprueba si la madre ha pasado esta infección con anterioridad y no ha sido consciente. Hasta tener los resultados y la confirmación del ginecólogo, hay que tomar precauciones. En caso de que el resultado sea negativo, estas precauciones deben mantenerse durante todo el embarazo.
Teniendo en cuenta las vías de transmisión del parásito que provoca la toxoplasmosis, puedes evitarla siguiendo las siguientes recomendaciones:
- Evita comer carne cruda o poco hecha, también el embutido o el jamón serrano. Tampoco ingieras salmón ahumado ni ningún pescado que no haya sido cocinado completamente. Para tomar estos alimentos con más garantías, puedes congelarlos durante varios días para minimizar el riesgo, pero no lo elimina por completo.
- Lava y enjuaga a conciencia las frutas y verduras. Puedes utilizar productos específicos de desinfección para alimentos y abundante agua para enjuagarlos.
- No tomes leche, queso, ni ningún derivado lácteo que no haya sido pasteurizado. Para estar segura, acostúmbrate a leer las etiquetas de los productos antes de consumirlos.
- Lávate las manos con frecuencia, especialmente antes y después de manipular alimentos.
- Intenta beber agua embotellada, especialmente si viajas a otros países y no estás segura de que traten el agua correctamente.
- Evita realizar actividades en las que tengas contacto con la tierra, y si lo haces, usa guantes y/o lávate muy bien las manos al terminar.
- Mantén una buena higiene de la cocina, de las superficies y de los utensilios para cocinar.
- Si comes fuera de casa, intenta no pedir ensaladas ni vegetales crudos, y si consumes carne o pescado, asegúrate de que estén bien cocinados.
Para que no se te escape nada, aquí puedes encontrar más información sobre la alimentación en el embarazo y la manipulación de alimentos.
Tratamiento de la toxoplasmosis
Si durante la gestación se confirma la presencia de la infección, el ginecólogo puede recetar antibióticos específicos para evitar y/o reducir las probabilidades de que el parásito llegue al bebé.
En paralelo al tratamiento, se aumentan los controles y pruebas para confirmar si el bebé ha sufrido daños, y, en caso de ser así, poder evaluarlos y tratarlos.
La incidencia de toxoplasmosis durante el embarazo no es muy elevada en nuestro país, pero no hay que bajar la guardia, pues las consecuencias de esta infección pueden ser muy graves para el bebé. La parte positiva es que se puede evitar siguiendo unas sencillas pautas.
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Etapa vital
Referencias
- Clínica Universidad de Navarra. Toxoplasmosis. Recuperado de https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/toxoplasmosis
- Hospital Sant Joan de Déu. (2018). Toxoplasmosis: qué es y cómo prevenirla durante el embarazo. FAROS. El Observatorio de la salud de la infancia y la adolescencia. Recuperado de https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/toxoplasmosis-como-prevenirla-durante-embarazo
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