El adelanto del parto, también conocido como parto prematuro, ocurre cuando el nacimiento tiene lugar antes de las 37 semanas de gestación. Este fenómeno puede estar asociado con factores maternos, infecciosos o complicaciones del embarazo y se tiene lugar mucho antes de la FPP puede representar un riesgo que debemos evitar en la medida de lo posible. De ahí la importancia de reconocer sus causas, señales de alerta y formas de gestión, ya que esto puede determinante para el bienestar de la madre y el recién nacido.
Causas del adelanto del parto
El adelanto del parto puede ser provocado por múltiples factores, que van desde condiciones maternas hasta infecciones o complicaciones del embarazo. Identificar estos factores de riesgo es fundamental para prevenir un nacimiento prematuro y garantizar el bienestar del bebé y la madre. Veamos las principales causas asociadas al parto adelantado.
Factores maternos
Algunas características o condiciones de la madre pueden aumentar el riesgo de que el parto se adelante. Entre las más frecuentes se encuentran:
- Antecedentes de parto prematuro. Si una mujer ha tenido un parto adelantado en embarazos anteriores, tiene más probabilidades de que vuelva a ocurrir.
- Embarazo múltiple. Las gestaciones de gemelos, trillizos o más suelen finalizar antes de término debido a la sobrecarga en el útero.
- Alteraciones en el útero o cuello uterino. Las malformaciones uterinas o un cuello uterino demasiado corto pueden generar una apertura prematura.
- Estrés y sobrecarga física. Situaciones de alto estrés, trabajos que exigen esfuerzo físico intenso o largas jornadas pueden desencadenar contracciones tempranas.
- Consumo de tabaco, alcohol o drogas. Estas sustancias afectan el desarrollo fetal y pueden provocar un parto prematuro.
- Falta de atención prenatal. No realizar controles médicos regulares impide detectar problemas a tiempo, aumentando los riesgos para la madre y el bebé.
Factores infecciosos
Las infecciones no tratadas pueden causar inflamaciones en el útero y adelantar el trabajo de parto. Entre las más comunes están:
- Infecciones urinarias (pielonefritis, bacteriuria asintomática). Pueden generar contracciones prematuras y, en algunos casos, inducir el parto.
- Infecciones vaginales. Un desequilibrio en la flora vaginal o infecciones de transmisión sexual pueden inflamar las membranas del saco amniótico.
- Enfermedad periodontal. La inflamación de las encías se ha relacionado con el riesgo de parto prematuro debido a la respuesta inflamatoria del organismo.
Complicaciones del embarazo
Algunas situaciones durante la gestación pueden hacer necesario un adelanto del parto por razones médicas, o bien generar un parto espontáneo antes de tiempo.
- Sangrado durante el primer o segundo trimestre. Puede ser señal de desprendimiento de placenta o problemas en el útero.
- Polihidramnios. Un exceso de líquido amniótico puede causar una distensión del útero, favoreciendo las contracciones antes de tiempo.
- Anomalías fetales. En algunos casos, problemas en el desarrollo del bebé pueden derivar en un parto prematuro por indicación médica.
Señales de alerta de un parto adelantado
Identificar a tiempo los signos de un parto adelantado es clave para buscar atención médica y reducir riesgos. Muchas mujeres confunden los síntomas con molestias normales del embarazo, por lo que conocer las señales reales ayuda a actuar con rapidez.
Estas son las señales más destacados de parto adelantado:
- Contracciones uterinas regulares y persistentes. A diferencia de las contracciones de Braxton Hicks, las verdaderas contracciones de parto prematuro son regulares, intensifican su dolor con el tiempo y no desaparecen con el reposo. Si ocurren cada 10 minutos o menos, es recomendable acudir al médico.
- Rotura prematura de la bolsa amniótica. Si hay una pérdida de líquido claro o teñido antes de la semana 37, es posible que la bolsa amniótica se haya roto. A diferencia de la orina, este líquido es incontrolable y su salida puede ser repentina o en pequeñas cantidades constantes.
- Dolor de espalda o presión pélvica intensa. Un dolor lumbar constante, que no mejora con descanso o cambios de postura, puede indicar el inicio del trabajo de parto. La sensación de presión en la pelvis también puede ser una señal de que el bebé está descendiendo antes de tiempo.
- Pérdida del tapón mucoso y cambios en el flujo vaginal. La expulsión de una sustancia espesa, transparente o con sangre, antes de la semana 37, puede ser un indicio de que el parto se está adelantando. También es importante vigilar un aumento repentino del flujo vaginal o cambios en su color y olor.
- Calambres abdominales y en las piernas. Sensaciones de cólicos intensos en la parte baja del abdomen o los muslos pueden indicar que el útero está comenzando a prepararse para el parto. Si son persistentes o rítmicos, requieren una evaluación médica inmediata.
Prevención y manejo del parto adelantado
El adelanto del parto no siempre se puede evitar, pero existen medidas que pueden reducir el riesgo y ayudar a gestionar la situación si ocurre. La clave está en la prevención mediante un estilo de vida saludable, controles médicos regulares y la identificación temprana de señales de alerta. Además, si el parto prematuro es inminente o necesario por razones médicas, hay estrategias para manejarlo y mejorar las condiciones tanto para la madre como para el bebé.
Veamos las mejores prácticas para prevenir y manejar el parto adelantado.
Importancia del control prenatal
El seguimiento médico durante el embarazo es fundamental para detectar factores de riesgo y tomar decisiones oportunas.
- Ecografías y mediciones del cuello uterino. Permiten identificar si el cuello uterino se está acortando antes de tiempo.
- Control de infecciones. Las infecciones urinarias, vaginales y periodontales deben tratarse de inmediato para evitar su impacto en el embarazo.
- Monitoreo del crecimiento fetal. Algunas anomalías pueden hacer necesario un parto adelantado, y su detección temprana ayuda a planificar el mejor manejo.
- Seguimiento de enfermedades preexistentes. Problemas de salud como la hipertensión, la diabetes gestacional o problemas en la placenta pueden incrementar el riesgo de parto prematuro y deben ser controladas por el médico.
Recuerda que asistir a todas las citas médicas y seguir las indicaciones del especialista puede marcar la diferencia en la evolución del embarazo.
Estrategias preventivas
Además del control médico, adoptar hábitos saludables ayuda a minimizar las probabilidades de un parto adelantado. Algunas acciones importantes son estas:
- Evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas. Estas sustancias afectan el desarrollo del bebé y pueden provocar complicaciones que deriven en un parto prematuro.
- Mantener una alimentación equilibrada. Una dieta rica en nutrientes esenciales, como hierro, calcio y ácido fólico, fortalece la salud materna y fetal.
- Realizar actividad física moderada. Ejercicios suaves como caminar, nadar o practicar yoga prenatal favorecen el bienestar general y reducen el estrés.
- Controlar el estrés emocional. El estrés crónico puede desencadenar cambios hormonales que contribuyen al parto adelantado. Métodos como la meditación, la respiración consciente y el apoyo emocional ayudan a manejar la ansiedad durante el embarazo.
- Descansar adecuadamente. Dormir lo suficiente y evitar la sobrecarga física disminuye el riesgo de fatiga y complicaciones en el embarazo.
Cuándo acudir al médico
Es fundamental consultar a un profesional de la salud ante cualquier síntoma que pueda indicar un parto adelantado. Algunos signos que requieren atención inmediata incluyen:
- Contracciones regulares antes de la semana 37.
- Rotura de la bolsa amniótica.
- Dolor abdominal persistente o presión pélvica intensa.
- Pérdida del tapón mucoso antes de tiempo.
- Disminución de los movimientos fetales.
Una evaluación médica oportuna puede ayudar a frenar el parto en algunos casos o garantizar que la madre y el bebé reciban la mejor atención si el nacimiento es inminente.
Gestión del parto adelantado cuando es inevitable
Si el parto prematuro no se puede detener, existen medidas para mejorar el pronóstico del bebé:
- Maduración pulmonar del bebé. Si hay riesgo de parto prematuro, se administran corticosteroides para acelerar el desarrollo pulmonar del feto y reducir complicaciones.
- Medicamentos para retrasar el parto. En algunos casos, se pueden usar fármacos que detienen las contracciones y permiten ganar tiempo para mejorar la maduración fetal.
- Hospitalización y monitorización. Si hay signos de parto prematuro, la madre puede ser ingresada para un seguimiento cercano y garantizar que el bebé reciba la mejor asistencia.
- Cuidados neonatales especializados. En caso de nacimiento prematuro, los hospitales cuentan con unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN) para ayudar a los bebés a desarrollarse fuera del útero.
Tal vez no puedas prevenir el adelanto del parto, pero sí estar preparada
El adelanto del parto no siempre es prevenible, pero la identificación temprana de los factores de riesgo y una respuesta rápida ante las señales de alerta pueden reducir las complicaciones. Consulta siempre con un especialista y sigue las recomendaciones personalizadas para cada caso.
Preguntas frecuentes sobre adelanto del parto
Si el parto ocurre antes de la semana 37, se considera prematuro. Sin embargo, un parto entre las semanas 37 y 38 se denomina “a término temprano” y suele ser seguro. La mayoría de los bebés nacen entre las semanas 39 y 40 sin complicaciones.
El primer parto puede adelantarse algunos días o semanas, pero cada embarazo es diferente. Si ocurre antes de la semana 37, se considera prematuro. Algunas madres primerizas pueden dar a luz entre las semanas 38 y 40 sin que esto represente un problema.
No hay un número exacto de días. Algunas mujeres primerizas pueden dar a luz unos días antes de su fecha probable de parto (FPP), mientras que otras pueden retrasarse. Cada embarazo es único y depende de múltiples factores maternos y fetales.
No se recomienda adelantar el parto sin indicación médica. Caminar, hacer ejercicios de preparación al parto y mantener relaciones sexuales pueden estimular las contracciones si el cuerpo ya está listo. Sin embargo, es importante consultar con el médico antes de intentar cualquier método.
Los bebés pueden sobrevivir desde la semana 22 con cuidados intensivos, aunque el riesgo de complicaciones es alto. A partir de la semana 28, las probabilidades de supervivencia aumentan. Un parto después de la semana 32 tiene mejores pronósticos con los avances en neonatología.
Etapa vital
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