Ansiedad: dolor de cabeza y otros síntomas físicos

  • 15 de Julio del 2022
  • 5 min de lectura

¿Ansiedad, dolor de cabeza?¿Están relacionadas ambas cosas? Lo cierto es que sí, la ansiedad puede desencadenar diferentes tipos de cefaleas. 

A diferencia de lo que mucha gente suele creer, la ansiedad no solo se manifiesta a nivel mental y/o emocional, sino que también puede dar lugar a una serie de síntomas físicos o fisiológicos, incluidos los dolores de cabeza.

Aquí hablaremos de este trastorno y las diferentes formas en las que se puede presentar una cefalea asociada a ansiedad.

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¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es la respuesta física y mental del organismo ante situaciones que percibimos como amenazantes, estresantes y que demandan un estado de alerta. Es un mecanismo natural de defensa que nos ayuda ante un peligro o un resto. 

No obstante, la ansiedad puede convertirse en un trastorno cuando:

  • Este sistema de adaptación se activa de forma desproporcionada a una situación dada
  • Cuando se activa aún cuando no se da ninguna situación que lo requiera.
  • Es intensa y duradera en el tiempo.
  • Interfiere en el día a día de la persona que sufre el trastorno cuando las manifestaciones físicas del trastorno limitan sus rutinas.

Son varias las formas en que una persona experimenta un trastorno de ansiedad:

Ansiedad, dolor de cabeza y otros síntomas físicos

Los trastornos de ansiedad se manifiestan con comportamientos de evitación, pensamientos negativos y síntomas físicos.

La manifestación de estos síntomas físicos puede generar una situación incapacitante para la persona que los sufre. Uno de los más característicos, ante un episodio puntual de ansiedad o como consecuencia de un trastorno específico, es el dolor de cabeza.

ansiedad dolor de cabeza cefalea

Tipos de cefaleas

Son varios los tipos de cefaleas que pueden desencadenarse ante un episodio de ansiedad:

  • Cefalea tensional. Es el tipo más frecuente. La persona siente una presión constante y un dolor intermitente y moderado en la parte anterior (frente) y posterior de la cabeza (nuca). La causa se debe a la contracción mantenida de los músculos de la cabeza y el cuello, lo que causa una reducción del flujo sanguíneo. El dolor de cabeza tensional suele ser más habitual por las tardes, aunque en ocasiones se cronifica y dura varios días. No es habitual que vaya acompañado de náuseas o vómitos.

  • Cefalea secundaria por ansiedad. Se diagnostica cuando se descarta que se trate de una cefalea tensional u otro tipo de cefaleas y la persona presenta una patología psiquiátrica. Son situaciones asociadas en el tiempo, cuando se da un episodio de ansiedad aparece el dolor de cabeza. Otros síntomas propios de la ansiedad, como la falta de un sueño reparador o el nerviosismo, pueden influir en la aparición de la cefalea.
  • Migraña. Es otro tipo de cefalea que puede darse ante un trastorno de ansiedad. La migraña se caracteriza por ser recurrente y de intensidad variable, pudiendo ser muy intensa. El dolor se inicia en un lado de la cabeza y se extiende por toda ella. Es un malestar pulsátil que se incrementa ante la presencia de luz, ruidos u olores. 

Otros síntomas propios de un trastorno de ansiedad son la respiración superficial y acelerada, sequedad bucal, pitidos en los oídos, agotamiento, tensión muscular o visión borrosa, entre otros.

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Qué hacer para evitar los dolores de cabeza por ansiedad

Para erradicar las cefaleas por ansiedad es necesario solucionar la causa que las desencadena, es decir, el trastorno de ansiedad.

El abordaje del problema debe hacerse desde varias perspectivas:

  • Entender la patología para poder tratar sus causas.
  • Tratar los síntomas físicos que impiden a la persona realizar sus actividades cotidianas.
  • Cambiar los pensamientos negativos cuando se manifiesten.
  • Cambiar los comportamientos de evitación.

Estas son algunas de las estrategias y acciones para conseguir reducir la ansiedad y, por tanto, las cefaleas:

  • Aprender técnicas de relajación y control del estrés. Es importante darse tiempo para ello y encontrar la habilidad que mejor vaya a cada persona (escuchar música, hacer ejercicio, meditar, practicar yoga, pintar,...)
  • Aprender a desconectar de las preocupaciones. Una de las técnicas consiste en dedicar unos minutos cada día a pensar en las preocupaciones reales y ver que se puede hacer con ellas sin dejar que los pensamientos deriven en situaciones hipotéticas. Tras este tiempo, la persona debe centrarse en sus actividades cotidianas. 
  • Acudir a terapia. Los profesionales nos darán los recursos necesarios para afrontar y manejar las situaciones que generan ansiedad y pensamientos negativos.
  • Practicar ejercicio físico de manera regular. El ejercicio influye positivamente a nivel psicológico y físico: mejora la sensación de control sobre uno mismo y sobre el medio y aumenta la autoestima, mejora la calidad del sueño y da la oportunidad de establecer relaciones sociales. Por otro lado, la actividad física incrementa los niveles de noradrenalina y serotonina que mejoran la respuesta frente al estrés y mejoran el estado de ánimo.
  • Comer de forma sana y equilibrada. La alimentación es un factor importante para la salud física y mental. Incluye proteína en el desayuno para incrementar tu nivel de energía al empezar tu jornada. Bebe suficiente agua, una leve deshidratación favorece el dolor de cabeza e influye en el estado de ánimo. Consumir hidratos de carbono complejos, como los granos integrales.
  • Evitar el uso de tabaco, alcohol y sustancias excitantes como el café o el té. Aunque pueda parecer que relajan, a medio y largo plazo empeoran las situaciones de ansiedad.

En cualquier caso, siempre es recomendable acudir a un profesional de la salud para que lleve a cabo una evaluación y asesoramiento e indique el tratamiento más adecuado si lo considera necesario. 

En ocasiones, la toma de analgésicos puede ayudar a disminuir el dolor y el malestar de las cefaleas, pero siempre hay que tener en cuenta que:

  • Nunca debemos automedicarnos o seguir un tratamiento sin supervisión médica.
  • Ser conscientes que los analgésicos no resuelven la causa principal, la ansiedad, que genera las cefaleas.

La ansiedad es un factor desencadenante del dolor de cabeza muy frecuente. 

Por ello, aprender y poner en práctica técnicas de relajación y adquirir herramientas que ayuden a manejar las crisis de ansiedad o situaciones que puedan provocarlas será esencial.

No obstante, si crees que la ansiedad es la responsable de tus dolores de cabeza consulta con un profesional sanitario para que pueda diagnosticar, tratar y asesorarte correctamente.

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Referencias

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