La separación de los dos músculos que forman la pared abdominal es bastante común después de un embarazo. Puede aumentar el riesgo de hernia abdominal, pero se puede tratar fácilmente con ejercicios.
Todas las personas contamos con una zona abdominal formada por dos músculos llamados rectos, y popularmente conocidos como “tabletas”. Estos dos rectos se sitúan uno a la derecha y otro a la izquierda y se unen en el medio del abdomen por una estructura formada por colágeno principalmente.
Estos dos rectos van desde la zona del final del pecho hasta el pubis y sirven para mantener una postura erguida, flexionar la columna, hacer fuerza en determinados movimientos o mantener vísceras como el estómago o los intestinos en su sitio.
Durante el embarazo (y en otras situaciones, también) la conexión que mantiene los dos rectos unidos se estira por el crecimiento del abdomen o por grandes esfuerzos (como el parto). Es muy común, sucediendo a 6 de cada 10 mujeres en su tercer trimestre de embarazo.
Entonces se produce la diástasis abdominal, algo fácilmente tratable con especialistas como un fisioterapeuta del suelo pélvico para recuperar el tono de la zona.
En caso de tener diástasis abdominal, lo primero que hay que evitar es el esfuerzo para no provocar una hernia. Por eso, ejercicios como las abdominales están contraindicados. En su lugar se recomienda la gimnasia hipopresiva, con la que se trabajan los músculos transversos, es decir, se fortalece el cinturón para mantener los rectos unidos.
Etapa vital
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