Una de las dudas más recurrentes que surgen en la rutina doméstica es la referente al mejor método para calentar la comida. Concretamente, uno de los mayores temores de muchos padres tiene que ver con el microondas: ¿conviene o no utilizarlo?
Aunque es cierto que al calentar la comida en este electrodoméstico se altera parcialmente la composición de los alimentos, no está probado que dicha alteración sea perjudicial. De hecho, no existen estudios que prueben que emplear el microondas produzca un efecto diferente al que se produce cuando calientas la comida en el horno o en una vitrocerámica.
Mitos y verdades sobre el uso del microondas
El microondas es un electrodoméstico que, si bien se encuentra en la mayoría de los hogares gracias a que resulta mucho más rápido que el fuego o el horno, despierta muchos recelos. El principal temor consiste en que las ondas que se emiten para calentar la comida, o cocinarla, puedan resultar perjudiciales para la salud a largo plazo. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en esta creencia?
Los microondas funcionan con energía electromagnética, similar a las ondas de luz o de radio. Esta radiación de microondas interactúa con las moléculas del alimento, permitiendo que, a través de la fricción resultante, se caliente el alimento.
Está demostrado que cualquier tipo de cocina, ya sea de fuego, gas o fermentación, modifica la química de los alimentos. De hecho, la cocción puede reducir los niveles de algunos nutrientes y aumentar el de otros.
La conclusión es que no existen estudios a gran escala que prueben la creencia popular sobre la cual los microondas producen un efecto negativo o perjudicial en la comida. La opinión generalizada de los expertos se resume en que estos electrodomésticos pueden ser empleados siempre y cuando su uso conlleve responsabilidad y mesura. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que existen determinadas prácticas que pueden resultar perjudiciales.
Cómo no se debe utilizar el microondas
Una de las prácticas más desaconsejadas es la de utilizar recipientes de plástico para calentar los alimentos. Los plásticos están formados por compuestos químicos cuyo cometido consiste en mejorar la funcionalidad de los envases; sin embargo, en determinadas condiciones, hay sustancias nocivas que pueden migrar a los alimentos al descomponerse, modificando sus características y calidad.
Para evitar que esto suceda, existen determinados plásticos que han sido fabricados especialmente para soportar temperaturas como a las que se expone a los alimentos dentro de un microondas. De esta manera se impide que se transfieran las sustancias no deseadas del plástico a los alimentos.
Los diferentes tipos de envases cuentan con unas instrucciones de uso para saber a qué potencia y tiempo de cocción son aptos. Normalmente, es sencillo identificar si un envase está fabricado para su uso en microondas o no, ya que cuentan con especificaciones concretas de uso.
De forma general, los plásticos que están marcados con los códigos de reciclaje “tres” -PVC, policloruro de vinilo-, “seis” -PS, poliestireno o “siete” -bisfenoles- no son aptos para calentar comida en el microondas, ya que presentan una resistencia al calor muy escasa.
Además de evitar estos plásticos, una buena opción consiste en optar por calentar la comida en recipientes de vidrio o de acero inoxidable. También, elegir alimentos enteros en vez de alimentos procesados reduce el riesgo de contaminación, así como una correcta limpieza de los productos durante su proceso de preparación.
Microondas y biberones
A pesar de que los microondas no alteran los alimentos de manera nociva o perjudicial, o no más que cualquier otro tipo de cocina, en el caso concreto de los biberones debemos ser especialmente cuidadosos.
Para empezar, solo debemos utilizar aquellos biberones que sean aptos para microondas; también, tenemos que recordar que, muy a menudo, los recipientes no se calientan de forma uniforme. Es por esta razón que lo más aconsejable tras calentar el líquido en el microondas sea agitar el biberón: de esta manera, comprobaremos cuál es la temperatura media que ha alcanzado el mismo y lograremos una temperatura similar en todo el contenido.
Una vez hayamos comprobado que la temperatura es la adecuada, podremos añadir la leche infantil y, posteriormente, los cereales para dar de comer a nuestro pequeño. Lo más importante es evitar riesgos innecesarios: para ello lo mejor es acordarnos de comprobar siempre la temperatura y recordar que no todos los microondas tienen la misma potencia ni calientan igual.
La forma más clásica y efectiva de comprobar que el líquido está a la temperatura adecuada es dejando caer algunas gotas en la parte interior de nuestra muñeca, una zona sensible a través de la cual valoraremos si el biberón está listo para ser utilizado.
También hay que tener en cuenta que el microondas se utilizará para calentar el agua de preparación de los biberones pero no para recalentar los biberones una vez preparados. Recalentar una leche o una papilla infantil sea cual sea el método comporta una cierta pérdida de nutrientes que no resulta aconsejable en las primeras etapas de la vida. Este tipo de alimentos debe ser utilizado al poco tiempo de su preparación y evitar reaprovechar sobrantes en una toma para otra.
Etapa vital
Referencias
- Blog de promoción de la Salud. Junta de Andalucía. ¿Por qué no debemos calentar los alimentos en envases de plástico? Recuperado de: http://www.juntadeandalucia.es/sas/hantequera/promsalud/2017/04/27/no-caliente-los-alimentos-en-envases-de-plastico/
- May, Ashley, Don’t microwave children’s food in plastic containers, avoid dishwasher, doctors warn. Recuperado de: https://eu.usatoday.com/story/life/allthemoms/news/2018/08/03/dont-microwave-childrens-plastic-food-containers-doctors-say/896952002/
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