Es una enfermedad benigna, frecuente, que afecta principalmente a los niños.
Se trata de unas manchas blanquecinas que aparecen en la cara, y a veces en el tronco y las extremidades. Pueden aparecer una o varias. Suelen pasar por 3 etapas, primero aparece una placa rosada que pica, tras unas semanas se descama y luego se ve una mácula menos pigmentada que puede persistir meses, incluso años.
No tiene predilección por el sexo ni por el tipo de piel, aunque se nota más en pieles oscuras o bronceadas.
Puede ser motivo de preocupación común en las madres. ¡No son hongos! No se contagia.
La causa se desconoce. No se debe a ninguna alteración de la nutrición ni a ningún déficit vitamínico. Se relaciona con la exposición solar intensa, la humedad y el viento, sin protección. Es considerada por muchos dermatólogos como una manifestación de la dermatitis atópica.
No se necesitan exploraciones complementarias, si se reconoce. Otras entidades que pueden provocar manifestaciones parecidas son las infecciones por hongos o el vitíligo (falta de melanina).
El tratamiento se basa en el uso de cremas hidratantes y fotoprotectoras de forma continuada e insistente, especialmente en las zonas de la piel más expuestas como la cara. A veces se puede recomendar alguna crema de corticoide. También es importante prevenir la sequedad excesiva de la piel, evitando los baños prolongados, el agua muy caliente y jabones o detergentes abrasivos.
Fuente: Dra. María Varela Patiño, médico residente de medicina de familia en Centro de Salud Arturo Eyries, Valladolid
Etapa vital
Deja un comentario