Entender las fases del sueño de los bebés nos ayuda a entender su patrón de sueño y cómo se adapta al crecimiento y a los cambios biológicos de sus primeros meses de vida.
Las personas pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Es una necesidad básica para recuperar el equilibrio físico y psicológico.
El sueño de los bebés está dividido en fases igual que el de los adultos, pero mientras que nosotros pasamos por cinco etapas mientras dormimos, los más pequeños solo pasan por dos. Para comprender mejor este proceso y su evolución, debemos conocer cómo es el sueño.
El sueño se divide en dos fases:
- Fase no REM o fase de movimiento ocular no rápido. Es un sueño profundo y relajado en el que el cuerpo descansa físicamente. En el caso de los adultos esta fase se divide en cuatro subfases, partiendo de un sueño muy ligero hasta llegar a uno muy profundo.
- Fase REM o fase de movimiento ocular rápido. Es el último periodo del sueño y es más corto que el sueño no REM. En esta fase el sueño es muy ligero y el cerebro está activo. En esta fase se retiene u olvida la información y se consolidan los aprendizajes.
Ambas fases, las 4 subfases no REM y la fase REM, se repiten de manera cíclica cada 90 o 100 minutos y nos despertamos entre cada una de ellas, aunque la mayoría de las veces no tenemos consciencia de ello. Las etapas de sueño ligero actúan como despertadores que nos harán levantarnos cuando algo no funciona como debería o por simples necesidades fisiológicas.
Las fases de sueño de los bebés
Los bebés siguen un patrón de sueño distinto y, a diferencia de los adultos, solo pasan por dos fases: una fase de sueño REM primero y una fase de sueño profundo, que van alternándose en ciclos de unos 50 o 60 minutos de duración.
Al igual que en los adultos, las dos fases de este proceso están directamente relacionadas con las necesidades humanas, en el caso de los recién nacidos principalmente la de alimentarse. Los bebés tienen el estómago pequeño y como al principio solo ingieren líquidos su digestión es muy rápida, así cada tres o cuatro horas necesitarán volver a comer.
Al pasar solo por dos fases, les es mucho más fácil despertarse entre ellas para recibir alimento.
¿Qué es el sueño REM en bebés?
Como hemos mencionado antes, la fase REM es en la que se retiene la información y se consolidan los aprendizajes. En el caso de los bebés, las fases REM de sus ciclos de sueño son mucho más largas que las de un individuo adulto. La razón es que se encuentran en un periodo de gran aprendizaje, y es en la fase REM de sus ciclos de sueño cuando su cerebro organiza toda la información recibida y, por tanto, necesita un mayor tiempo.
Durante los tres primeros meses de vida, los bebés tienen necesidad de dormir unas quince o dieciséis horas diarias, ya que como máximo duermen entre tres o cuatro seguidas. Mientras duermen ocurre parte del desarrollo y maduración del cerebro, por ello precisan casi el doble de horas de sueño que una persona adulta.
¿Cuándo está el bebé en sueño ligero y sueño profundo?
Durante los primeros tres meses, cuando el bebé se duerme, la primera parte del ciclo de sueño corresponde a la fase REM, es decir, la fase de sueño activo y más ligero. En este periodo es común que sonría o haga gestos y muecas con la cara, mueva las extremidades e incluso haga ruidos con la garganta que puedan hacernos creer que está despierto.
Tras esta fase, entra en un sueño más profundo y tranquilo. La respiración es más regular y pausada, no hace ruidos y mantiene los ojos cerrados.
Durante el primer mes de vida, el periodo más largo de sueño es de tres o cuatro horas y sucede indistintamente durante el día o la noche.
Es absolutamente normal que el bebé se despierte por la noche para que le demos de comer o también para sentir nuestros mimos.
El sueño del bebé entre los 3 y 6 meses
A partir de los tres meses cambia el patrón de sueño de los bebés y pasa primero por la fase no REM, sueño más profundo, aunque aún no están definidas las cuatro subfases de este periodo.
Poco a poco, van adquiriendo el ritmo circadiano de los adultos, comienzan a diferenciar entre el día y la noche y pasan de las dos a las cinco fases de cada ciclo de sueño.
Es un entrenamiento lento en el que aprenden, como hemos hecho todos, a pasar de una fase a otra. Por ello, es habitual que alternen noches más tranquilas con otras donde ocurran varios despertares nocturnos.
Aproximadamente la mitad de los bebés tienen despertares nocturnos desde los seis a los 11 meses, que muchos mantienen hasta los tres años.
A continuación, te indicamos algunas pautas para adquirir un buen hábito de sueño:
- Seguir una rutina y un horario fijos. A la hora de acostarse, facilitarle un ambiente tranquilo, relajado y con luz suave que induzca al sueño.
- Para ayudarle a distinguir entre el día y la noche, podemos poner la cuna en estancias distintas del dormitorio y donde haya luz y los ruidos propios de las horas diurnas, siempre dentro de un entorno tranquilo. Por la noche, pondremos la cuna en el dormitorio que deberá estar oscuro y en silencio.
- Procurar que aprenda a dormirse solo. Podemos coger al bebé y estar con él para que se relaje, aunque evitando que se quede dormido en brazos.
- Si practicamos el colecho, obtendremos los beneficios de no tener que levantarnos para alimentarle y, además, el bebé se sentirá más seguro a la hora de dormir. El inconveniente es que puede resultar más difícil que se duerma cuando no estamos cerca o crear un alto grado de dependencia a largo plazo. La mantita de apego puede ayudarnos más adelante, cuando necesite adquirir mayor autonomía e independencia emocional.
El primer año de vida es un largo periodo de continuos cambios, lleno de descubrimientos tanto para el bebé como para los padres.
Nuestra Guía del primer año te acompañará y ayudará a resolver tus dudas durante todo este tiempo.
Etapa vital
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