Los reflejos primitivos on una serie de movimientos instintivos e involuntarios que presentan todos los recién nacidos y que sirven para evaluar si existe algún problema funcional o neurológico en el bebé. ¿Sabes cuáles son?
Cuando un bebé nace se le realizan una serie de pruebas y exámenes para comprobar que está bien y que no presenta ningún problema. Entre ellas se encuentra el valorar los reflejos primitivos, es decir, una serie de movimientos involuntarios que responden a un estímulo sensorial. Muchos de estos reflejos desaparecen al crecer el bebé, aunque otros permanecen para siempre.
Entre los principales reflejos primitivos que un bebé debe tener encontramos los siguientes:
- Reflejo de succión: sin duda uno de los más importantes ya que permite al recién nacido succionar cuando se estimula la zona de alrededor de la boca, y así mamar.
- Reflejo de la marcha: si se pone al bebé de pie sobre una superficie dura y plana, hace movimientos de andar cuando sus pies tocan esa superficie.
- Respuesta de moro: acostado sobre su espalda, se sujeta la parte superior del cuerpo por los brazos y luego se le sueltan repentinamente, sin dejar que la cabeza toque la superficie. En ese momento el bebé, asustado, saca los brazos hacia fuera, cerrando los puños, para luego relajarse.
- Reflejo de sobresalto: al oír un sonido fuerte retrae los brazos y las piernas.
- Reflejo prensil: uno de los que más gustan a los papás, al poner un dedo en la manita del niño la cierra y agarra con fuerza el dedo.
- Reflejo tónico del cuello: es una postura como de defensa que adopta el niño cuando, estando la cabeza en posición supina, se rota hacia un lado; entonces el brazo del lado al que mira el niño se extiende con la palma un poco abierta, mientras flexiona el brazo contrario y aprieta ese puño con fuerza. Si se invierte el giro, se invierte la posición.
- Reflejo del paracaídas: se aprecia en bebés un poco mayores, no recién nacidos, y se produce al sostenerle en una posición erguida y rotar el cuerpo rápidamente con la cara hacia delante; en ese momento los brazos se extienden para evitar la caída. Es un reflejo que ayudará al niño cuando llegue la hora de andar, para evitar golpes.
Etapa vital
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