¿Por qué los niños se comen las uñas?

Entre los 3 y los 6 años es normal si el niño se muerde las uñas. Se trata de un hábito nervioso que en la mayoría de los casos se alarga hasta la edad adulta y que puede tener consecuencias. Te contamos por qué los niños se comen las uñas y te damos algunos consejos para ayudar a tu pequeño a que deje de hacerlo.

Causas de la onicofagia infantil: ¿por qué los niños se comen las uñas?

La onicofagia es el nombre técnico del hábito de morderse las uñas, una manía que suele aparecer en la infancia por las siguientes causas:

• Cambios en el ámbito familiar; separación de los padres, fallecimiento de algún miembro de la familia, llegada de un hermano, etc.
• Vivir momentos o situaciones de tensión, inquietud o ansiedad.
• Si al pequeño le afectan emocionalmente situaciones de cansancio o aburrimiento.
• Se da la repetición de ciertas acciones en determinados momentos en los que no es consciente, como viendo la televisión.
• Momentos en los que el niño pueda sentir miedo o temor.

Consecuencias de que el niño se muerda las uñas

Al tratarse de un hábito repetitivo y que se alarga en el tiempo, puede tener consecuencias a nivel físico, y a largo plazo, también emocional:

• A nivel estético. Morderse las uñas durante mucho tiempo puede provocar una deformación de los dedos y la forma de las uñas, que pueden llegar a crecer de forma incorrecta, encarnandose, y provocando más presencia de padrastros y verrugas.
• A nivel emocional. Según van pasando los años, las manos y uñas deformadas pueden acabar creando un complejo, especialmente al llegar a la adolescencia.
• Riesgo de infección. Estar continuamente mordiéndose las uñas puede generar pequeñas heridas alrededor de las uñas que, en algunos casos, pueden infectarse. Estas heridas provocan continuas molestias y dolor en los dedos.
• Mayor probabilidad de tener lombrices. Los niños juegan continuamente con la arena de los parques y la suciedad se va acumulando bajo las uñas, también los huevos de las lombrices. Al morderse las uñas, éstas están continuamente en la boca del niño, por lo que tendrá más riesgo de contraer oxiuros, o lombrices intestinales.

Ayudarle a dejar de morderse las uñas

Como hemos comentado anteriormente, morderse las uñas es un hábito relacionado con la ansiedad que en la mayoría de los casos se hace de manera inconsciente. Conseguir que tu hijo deje de hacerlo de un día para otro es muy complicado, pero tomando ciertas medidas, es posible ir reduciendo el hábito y ayudarle a que algún día pueda dejar de hacerlo.

Las recomendaciones para ayudar a que tu niño deje de morderse las uñas son las siguientes:

Identifica cuándo lo hace

Saber en qué momentos o en qué situaciones se muerde las uñas, te ayudará a entender mejor qué hay detrás de esta manía. Podrás comprobar si lo hace de manera consciente o inconsciente, si la causa es alguna situación que le provoca nervios o estrés y si necesita ayuda.

Actividades físicas para liberar el estrés

Si has podido identificar que tu hijo necesita desfogarse y dar salida al estrés, apuntarle a una actividad que requiera esfuerzo físico, como algún deporte, puede serle de ayuda.

Tener las manos ocupadas

En los casos en los que morderse las uñas se debe a aburrimiento, a no saber qué hacer con las manos en algunos momentos, darle la opción de hacer manualidades o actividades como pintar, recortar o jugar con plastilina, puede ayudarle a ocupar las manos y la mente. Como es lógico, la actividad planteada debe ser acorde a la edad y a las capacidades del pequeño para que tenga interés y sienta que puede realizarlo.

Ejemplo adulto

Los niños tienden a repetir acciones y actitudes que ven en su ámbito familiar, así que existe la posibilidad de que haya empezado a morderse las uñas si algún familiar cercano también lo hace. En este caso, sería muy recomendable que el adulto en cuestión también se plantee dejar de morderse las uñas para dar de nuevo ejemplo al niño.

Productos específicos para combatir la onicofagia

Se trata de una especie de “repelentes”, unos esmaltes transparentes de sabor amargo que hacen que el niño, cuando de manera inconsciente intenta mordérselas, sienta el sabor y deje de hacerlo.

Mucha paciencia y comunicación

Como comentábamos, no se trata de un hábito fácil de eliminar. Requiere mucha constancia por tu parte, y mucha paciencia, también para no reñirle ni culpabilizarle por morderse las uñas. Es muy positivo que intentes hablar con él, dialogar, preguntarle por qué lo hace, hacerle ver que no es bueno, dándole alternativas, y animarle a no hacerlo. Si va consiguiendo pequeños logros, no olvides felicitarle por su esfuerzo.

Descanso y rutina

Si el niño está descansado y sigue una buena rutina de horarios, tendrá menos momentos de nerviosismo por cansancio.

Cuidado de las manos

Las uñas deben estar cortas y las manos siempre los más limpias posibles.

Cubrirle las uñas

Si no puede acceder a las uñas, no se las morderá. Algunos padres optan por limitar el acceso a las uñas, cubriéndolas con esparadrapo durante varias semanas, o incluso poniéndole guantes. Estas técnicas pueden ser más útiles en niños más pequeños.

Quizá tu pequeño lleve tiempo mordiéndose las uñas y ahora mismo te cueste visualizar el momento en el que deje de hacerlo, pero te animamos a que lo sigas intentando con nuestras recomendaciones.