Rayos UVA y embarazo

¿Rayos UVA y embarazo son incompatibles? ¿Se pueden hacer tratamientos en cabinas de bronceado las embarazadas?

A continuación hablamos de estos y otros aspectos importantes para ayudarte a resolver tus dudas sobre la radiación y el bronceado artificial en el embarazo. 

¿Qué son los rayos UVA?

La radiación ultravioleta (UV) es una radiación invisible que forma parte de la radiación solar que llega a la tierra, junto a la radiación visible y a la radiación infrarroja. 

Según la longitud de onda, distinguimos tres tipos de radiación UV:

• Rayos UVA. Radiación ultravioleta de onda larga. No es absorbida por la capa de ozono de la atmósfera y nos llega en su totalidad.
• Rayos UVB. Radiación ultravioleta de onda media. Es absorbida casi en su totalidad por la capa de ozono y solo nos llega una pequeña parte. Causa eritemas, quemaduras y ampollas. Una exposición mantenida puede dar lugar a un cáncer de piel.
• Rayos UVC. Radiación ultravioleta de onda corta. Son los más peligrosos para nuestra salud, aunque esta radiación es absorbida totalmente por la capa de ozono y el oxígeno de la atmósfera. Tiene un gran poder bactericida y se utiliza para esterilizar algunos productos.

La exposición natural a la radiación UV que viene del sol es necesaria y nos aporta beneficios si se toma en las dosis apropiadas:

• Contribuye a la producción de vitamina D y al adecuado desarrollo de los huesos
• Nos aporta calor
• Es un antidepresivo natural
• Acción germicida

Sin embargo, nunca hay que olvidar los efectos negativos de esta radiación si la exposición es excesiva y prolongada:

• Fotosensibilidad
• Fotoalergia
• Quemadura solar
• Fotoenvejecimiento de la piel
• Fotoconjuntivitis y otras patologías oculares
• Cáncer
• Alteraciones en la respuesta inmunitaria del organismo

Aunque siempre se ha considerado responsable de estos efectos perjudiciales al porcentaje de radiación UVB que nos llega, se ha demostrado que la radiación UVA también desarrolla un importante papel.

Por ello es fundamental:

• Utilizar protección solar todo el año.
• No sobrepasar los límites adecuados de exposición solar.
• Tener en cuenta el tipo de piel.
• Evitar las horas de radiación más intensa.
• Considerar la posible fototoxicidad si se ha tomado algún fármaco o producto parafarmaceutico o se sigue algún tipo de tratamiento médico o estético.

Bronceado «artificial» y rayos UVA

Cualquiera de los dispositivos de bronceado artificial (cabinas de bronceado, camillas, lámparas solares) emiten la misma radiación ultravioleta que el sol, por lo que este tipo de exposición no es más seguro, e incluso puede ser más dañino si la radiación es muy intensa o la frecuencia y duración de las sesiones es excesiva.

Por tanto, la exposición a esta radiación artificial aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel, riesgo que aumenta en las personas jóvenes. Igualmente, se incrementa la posibilidad de que ocurran el resto de efectos negativos, como el fotoenvejecimiento de la piel, algo que hay que tener especialmente en cuenta durante el embarazo debido a las particularidades que contemplamos más adelante.

Sesiones de rayos UVA y embarazo, ¿son compatibles o no?

Dada la escasez de estudios sobre la relación entre las sesiones de rayos UVA artificiales y el embarazo, no se han podido establecer evidencias claras de sus efectos sobre el feto.

Algunas voces expertas sí desaconsejan exponer el cuerpo a un sobrecalentamiento, como ocurre con los dispositivos de bronceado artificial, por estar vinculado a algunas malformaciones del feto.

Del mismo modo, otros estudios sugieren que un aumento de los rayos UV se relaciona con un déficit de ácido fólico, debido a que esta radiación puede descomponer esta vitamina. 

Ante la falta de pruebas firmes sobre la seguridad y los posibles efectos directos de los rayos UV sobre el feto, es desaconsejable la exposición a la radiación UV artificial de las mujeres embarazadas.

La piel en el embarazo y los rayos UVA

Los cambios metabólicos, endocrinos e inmunológicos debidos a la gestación producen importantes cambios en la fisiología de la piel, el cabello y las uñas de la mujer.

Uno de estos cambios fisiológicos es el incremento de la sensibilidad cutánea durante el embarazo. Existe un mayor riesgo de sufrir quemaduras en la piel si se expone a la radiación solar natural o a la radiación UV artificial. 

Además, la mayoría de las mujeres gestantes nota un aumento de la intensidad de la pigmentación de la piel y, sobre todo a partir de la segunda mitad de la gestación, aparece el cloasma o melasma gestacional, una alteración de la melanina que hiperpigmenta las zonas del rostro más expuestas a la radiación solar.

Dado que la exposición al sol es la principal causa del melasma y la radiación UV artificial es similar y equivalente, las mujeres embarazadas tienen más probabilidad de desarrollar esta hiperpigmentación tras una sesión de bronceado artificial con rayos UVA.

En definitiva, rayos UVA y embarazo no están completamente reñidos, pero sí debemos ser cuidadosas a la hora de exponernos a la radiación, ya sea solar o artificial, durante la gestación.

Si vamos a exponernos al sol, debemos usar una protección adecuada para evitar quemaduras y manchas en la piel.

En cuanto a los tratamientos de bronceado con rayos UVA, puesto que están desaconsejados en gestantes, lo mejor será esperar a que concluya el embarazo.