Secuelas de una neumonía en adultos, complicaciones y síntomas

La neumonía es una patología frecuente que, si bien suele cursar de forma leve, puede tener graves consecuencias, pudiendo llegar a causar la muerte.

Sin embargo, esta enfermedad del aparato respiratorio no solo repercute en la salud de la persona que la sufre durante el curso de la enfermedad, sino que también puede tener un impacto en ella a largo plazo.

A continuación hablamos sobre las secuelas de una neumonía en adultos y sus características.

¿Qué es la neumonía?

La neumonía es una enfermedad respiratoria que inflama el tejido pulmonar, el cual enrojece, se hincha y produce dolor, como respuesta a la incursión de algún patógeno infeccioso.

La neumonía puede afectar a uno o ambos pulmones y puede estar causada por distintas bacterias, virus u hongos. El agente causal más habitual es la bacteria Streptococcus pneumoniae que produce la neumonía neumocócica.

El microorganismo causante se transmite de persona a persona y se contrae por aspiración orofaríngea. El tabaquismo, las infecciones víricas o determinadas inmunodeficiencias favorecen el desarrollo de la enfermedad ya que alteran los mecanismos defensivos del organismo.

Síntomas de una neumonía en adultos

La neumonía suele presentar un patrón que incluye los siguientes síntomas:

• La disnea es la falta de capacidad para respirar, comúnmente descrita como falta de aire. Es un signo temprano y característico de esta enfermedad.
• Los esputos o flemas de color marrón o verde. Los enfermos pueden toser sangre.
• La fiebre alta y los escalofríos febriles.
• Dolor punzante en el tórax al respirar hondo o toser.
• Cefalea.
• Piel sudorosa y color azulado de labios (cianosis)
• Falta de apetito.
• Dolor muscular o articular.
• Cansancio.
• Náuseas y vómitos.

Los adultos mayores y los ancianos pueden presentar una sintomatología más inespecífica que incluye la desorientación y la confusión.

Según los datos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y

Microbiología Clínica (SEIMC) aproximadamente un 35% de los pacientes requieren ser hospitalizados al no responder al tratamiento o presentar un agravamiento de los síntomas.

Secuelas de una neumonía en adultos

Tras el diagnóstico de la enfermedad y el comienzo del tratamiento establecido en función del tipo de neumonía, el pronóstico se determina en base a la edad del enfermo, su estado de salud general y la existencia o no de otras patologías y la severidad con la que se ha presentado la enfermedad.

La neumonía suele cursar de forma leve, aunque hay que tener presente que puede agravarse y provocar que queden secuelas. 

Es importante seguir a rajatabla el tratamiento aún cuando se note una mejoría clínica al cabo de tres o cuatro días. Es lo habitual cuando se administra el antibiótico adecuado en el caso de la neumonía neumocócica que es la más común. No obstante, algunos de los síntomas como la tos persistente y la fatiga pueden durar bastantes semanas.

La mayoría de los pacientes empieza a reanudar su vida cotidiana al cabo de una semana. Sin embargo, los pacientes hospitalizados necesitan un mes o más para hacerlo.

Hay que estar atento al agravamiento de la sintomatología o a la falta de mejoría al cabo de 48 a 72 horas tras el inicio del tratamiento. En estos casos, hay que avisar al médico.

Algunas de las complicaciones que puede causar la neumonía son:

• Derrame pleural. Se trata de la acumulación de líquido entre los pulmones y la pared torácica.
• Absceso pulmonar. Se forman bolsas de pus dentro o alrededor de los pulmones.
• Sepsis. Es una respuesta inflamatoria desproporcionada de todo el organismo que puede causar un fallo orgánico.
• Insuficiencia respiratoria. Puede requerir ventilación mecánica.

La neumonía es la primera causa de muerte por infección en España y en el mundo. Por ello debemos estar alerta ante los síntomas tempranos y acudir a consulta.

El diagnóstico temprano de la neumonía es muy importante para evitar secuelas a largo plazo, sobre todo en pacientes de edad avanzada o personas inmunodeprimidas.Si el organismo no se recupera debidamente, las repercusiones como el aumento del riesgo cardiovascular hasta una década después de haber padecido la enfermedad.

Adoptar medidas de salud y profilaxis como no fumar ni beber alcohol en exceso o extremar los cuidados higiénicos (lavado continuo de manos, usar pañuelos desechables o estornudar en el codo) cuando estamos en riesgo de exposición puede ayudarnos a prevenir las infecciones respiratorias.

También es bueno recordar que una adecuada higiene bucodental nos preserva de los microorganismos causantes de estas enfermedades que también pueden estar dentro de la boca.

Como ves, la neumonía puede ser una enfermedad seria, que puede tener consecuencias fatales.

Por ello, es importante acudir al médico en caso de experimentar síntomas de neumonía y seguir correctamente el tratamiento que nos indique el especialista.

También será fundamental hacer todo lo que esté en nuestra mano para propiciar una pronta y total recuperación. Por ejemplo, dejando el tabaco, en el caso de ser fumador, para evitar favorecer un mayor daño o estrés a nuestros pulmones.