Los terribles 2 años

  • 29 de Julio del 2015
  • 4 min de lectura

Los niños crecen muy deprisa, de pronto ya han cumplido los dos años y entran en la etapa conocida como los “terribles dos”, una etapa que se caracteriza por las rabietas, por el comportamiento inquieto y por el “no”, “no” y “no”.

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Los dos años es una importante época de cambio en la que los niños se sienten cada vez más independientes, empiezan a desarrollar su sentido del yo, les gusta llevar la razón y quieren hacer las cosas por sí mismos, aún no comprenden como se tienen que comportar en sociedad y suelen actuar como les da la gana con todo lo que ello conlleva, si tienen que empujar a otro niño en el parque, lo hacen. Pero también es una etapa de terrores nocturnos y miedos en la que empiezan a dejar los pañales, el chupete y a manejar los cubiertos. Es una edad que supone grandes cambios tanto psicológicos como motores e intelectuales.

En esta etapa la tarea primordial de los padres será aprender a lidiar con sus hijos y comprender el porqué de su comportamiento. La mayoría de los pequeños de 2 años no actúan mal a propósito, para ellos es una etapa de descubrimiento en la que quieren avanzar pero aún no saben las normas y actúan siguiendo sus instintos. El objetivo de los padres será marcar ciertos límites para encauzar el comportamiento de los niños.

¿Cómo pueden actuar los padres?

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• Ante todo hay que tener paciencia y ser conscientes de que con 2 años aún siguen siendo bebés, no se puede pretender que su comportamiento se ejemplar ni como el de un adulto.
• Es importante establecer unos límites y que el niño comprenda que de ahí no se puede pasar. Se tendrán que repetir todas las veces que sea necesario pero siempre guardando la calma. Antes de ir al parque o a cualquier otro lado, le explicamos unas pocas normas sencillas que ha de cumplir.
• Si duerme mal por las noches y tiene pesadillas habría que eliminar las siestas y evitar las cosas estimulantes antes de dormir, las películas o la televisión se podrían sustituir por leerle un cuento en la cama. Los baños antes de dormir también les ayudan a relajarse y se puede poner en la habitación una pequeña luz tenue para que le ayude con los miedos nocturnos.
• Si el momento de la comida también es una odisea y se niega a comer lo que le ponemos en el plato, habrá que evitar darle de comer entre horas, quitar las distracciones durante la comida (la televisión). No es buena idea compararle con otros niños o hermanos pues se enrabietará más aún y es importante alabarle cada vez que coma bien para estimular su autoestima.
• Si llora porque algo le ha salido mal o no ha conseguido lo que quería, habrá que hacerle entender que nos ponemos en su lugar y mostrarle otras alternativas: “este juguete lo tiene tu hermano y debemos dejarle jugar, pero tú puedes coger este otro”. En caso de que le quite el juguete a otro niño, se lo devolvemos inmediatamente y le explicamos que eso no debe hacerse, siempre dándole otra alternativa.
• Si pega a otro niño o incluso a ti, habrá que hacerle ver lo mal que nos hace sentir eso y que puede hacer daño. Decepcionar a los padres no es su objetivo y seguramente intentará no repetirlo.
• En caso de rabieta o pataleta en la que es imposible calmarle o que entre en razón, le llevamos a casa para que entienda que de esa forma no se consigue nada.
• Gritarle o pegarle solo sirve para incentivarle a que más tarde él también lo haga. No hay que olvidar que los padres son el principal referente de los niños.
• Es importante fomentar su independencia y no sobreprotegerle. Hay que dejar que haga él solo todo lo que esté a su alcance y sea acorde a su edad. Hacer cosas por sí mismo le hará sentirse mayor y evitará futuras reafirmaciones de independencia en forma de rabietas.
• Ante todo hay que tener mucha paciencia y saber que es una etapa más del desarrollo que también se pasará. Puede ser un proceso agotador para los papás pero no hay que alarmarse ni pensar que este comportamiento será el definitivo, es una etapa de lo más común en niños de la misma edad.

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Etapa vital

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