La obediencia se tiene que trabajar desde que los niños son pequeños para que aprendan a reconocer desde el principio las figuras de autoridad a las que hay que hacer caso. No obstante, la manera de reñirle no será igual si tiene 12 meses que si tiene 4 años.
¿Cuándo empezar con las normas?
Los primeros meses no tiene ningún sentido que regañes a un niño. Si llora, si no come o si hace cualquier cosa que te contraríe, lo hace por algún motivo, nunca por llevarte la contraria o “fastidiarte”, aunque cuando lleva 2 horas dormido y se despierta justo cuanto te vas tú a la cama, pueda parecerlo.
Pero en cuanto empieza a moverse y a mostrar cierta independencia, debes empezar a reñirle cuando haga cosas que conlleven algún riesgo o peligro para él. Así, sus primeras “regañinas” irán siempre ligadas a decirle que no debe hacer o coger algo que le pueda hacer daño.
A medida que crezca, su movilidad será mayor, así como el desarrollo de su personalidad. Empezará a sacar su genio y a desobedecer cuando le pides hacer algo. Es en ese momento, en torno a los 18 meses, cuando debes empezar a marcar de manera clara las normas y límites y a hacer que los cumpla para que aprenda a obedecerte.
Cómo reñirle según su edad
De 6 meses a 1 año: Lo fundamental en esta etapa es empezar a decirle “no” cuando haga algo que no debe. Debes decirlo de manera firme y clara, acompaña la palabra con un gesto y un semblante serio. Debe entender que no siempre se pueden satisfacer todos los deseos.
De 1 a 2 años: Esta etapa empieza a ser más complicada ya que se mueve solo y siente una gran curiosidad por el mundo, por lo que toca y coge todo. También empieza a exigir: quiere algo y lo quiere al momento. Asimismo, ya sabe lo que quiere y lo que no, por lo que, si está jugando, por ejemplo, y le dices que es la hora del baño o la cena, es probable que te diga “no” y siga a lo suyo, sin hacerte caso.
Por eso, es fundamental que empieces a fijar unas cuantas normas sencillas, relacionadas sobre todo con sus rutinas y horarios, y que le hagas cumplirlas. A esta edad ya entiende razonamientos sencillos, así que puedes empezar a explicarle por qué tiene que hacer las cosas.
También es la edad del “no”, pero la mayoría de las veces lo dicen automáticamente, no por desobediencia, con lo que no siempre que lo diga tendrás que regañarle.
Muéstrate firme a la hora de reñirle y no cedas, tiene que entender que, si mamá dice que es la hora del baño, hay que obedecer.
De 2 a 3 años: los llamados “terribles 2 años” es la etapa de las rabietas y los berrinches. Por norma, te dirá que no a todo lo que le pidas, incluso a actividades que le gusten. Se opone a todo e intenta hacerlo todo por sí mismo, sin ayuda.
Debes mostrarte firme y tener paciencia. No cedas por muy cansado que estés. Dale opciones cuando sea posible y reserva el “no” para lo realmente importante.
Fuente: Juan Pedro Valencia, psicólogo infantil.
Etapa vital
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